La consultora C&T, una de las más seguidas por el mercado, estimó una inflación de 1,8% para mayo. Con este dato, la variación interanual se ubicaría en 42,5%, el nivel más bajo desde marzo de 2021.
Según el informe, este freno en los precios responde a varios factores: estabilidad del dólar, recortes impositivos, el impulso de ofertas del “Hot Sale” y un clima más benigno que redujo algunos costos logísticos, especialmente en la primera quincena del mes.
Uno de los motores principales de esta desaceleración fue el comportamiento de los alimentos, que venían siendo el rubro más sensible para los hogares. La consultora LCG detectó que los precios de los alimentos subieron apenas 0,2% en la última semana de mayo, y acumularon un alza de sólo 0,1% en las últimas cuatro semanas. Un dato inusual y clave para explicar el freno inflacionario.
La consultora EcoGo también registró una suba del 0,2% en alimentos para consumir en el hogar durante la última semana del mes, y proyecta una inflación mensual de 2%, influida además por la baja en combustibles y una menor actualización tarifaria.
Por su parte, Equilibra midió un alza general de 0,8% en la tercera semana del mes, lo que deja su estimación mensual también en torno al 2%. En la misma línea, Facimex revisó sus proyecciones y afirmó que los datos de alta frecuencia apuntan a una inflación de entre 2% y 2,2%, con posibilidades de que se perfore ese valor incluso antes de lo previsto.
Desde la Fundación Libertad y Progreso, el economista Agustín Etchebarne fue incluso más optimista y proyectó una inflación del 1,7% para mayo, lo que podría convertir a este mes en el de menor inflación desde la asunción del actual gobierno.
Mientras se espera el dato oficial del INDEC, que se conocerá en junio, el mercado mira con atención esta desaceleración. Sin embargo, algunos economistas advierten que este alivio podría ser transitorio, ya que se prevén nuevos aumentos en servicios públicos, transporte y combustibles en las próximas semanas, que podrían volver a presionar sobre el índice general de precios en junio y julio.
La incógnita, por ahora, no es si la inflación baja. Es cuánto tiempo podrá sostenerse esta tendencia sin que el ajuste pendiente en los precios regulados vuelva a golpear el bolsillo.