“En las últimas tres o cuatro semanas hemos visto un aumento de casos que supera lo habitual para esta época del año”, advirtió el pediatra Juan José Alba en diálogo con FM Master´s. El registro diario de guardias y consultorios muestra que la capital fueguina atraviesa un brote, mientras Río Grande monitorea un escenario de alerta.
La varicela comienza con fiebre, decaimiento y la rápida aparición de lesiones cutáneas que pasan de manchitas rojas a vesículas con líquido y, finalmente, a costras.
“La imagen típica es una gota de rocío sobre un pétalo de rosa; las lesiones pican mucho y surgen en distintos estadios al mismo tiempo, por eso el diagnóstico es clínico”, explicó Alba.
La vacuna se incorporó al calendario en 2015 y requiere dos dosis —la primera a los 15 meses y un refuerzo en edad escolar— para blindar contra las formas graves. El pediatra detecta hoy dos grupos vulnerables:
Adolescentes nacidos antes de 2015 que podrían no haber completado el esquema:
“Muchos llegan a la consulta para un certificado y descubrimos que les falta alguna vacuna”, señaló.
Lactantes menores de 15 meses, aún no inmunizados, expuestos al contagio intrafamiliar.
“La vacuna es una de las más seguras que existen; una dosis reduce drásticamente las complicaciones y dos las vuelven excepcionales”, subrayó.
Aunque la mayoría de los cuadros cursa de forma leve, la varicela puede derivar en infecciones cutáneas severas, neumonías o complicaciones neurológicas, especialmente en embarazadas y personas inmunocomprometidas. Alba pidió aislar a los casos sospechosos y acudir al médico ante fiebre y erupción:
“No cuesta nada acercarse al centro de salud; si falta una vacuna, se aplica y listo”.
Con vigilancia sostenida y cobertura vacunal completa, los profesionales confían en contener la propagación y evitar internaciones durante la temporada invernal.