La carne no baja y el consumo se desploma

Según Schreiber, la autorización para cruzar carne del norte podría regular los valores, pero llevará tiempo: “Esto no se va a notar ahora, hay que esperar que el mercado se acomode. La carne acá está un 100% más cara que en otras zonas del país y eso desalienta la venta”. Hoy algunos cortes en la Patagonia Sur rondan entre 15 y 20 mil pesos el kilo, mientras los almacenes lidian con góndolas vacías y menor rotación de productos.

El referente destacó que la caída de ventas no afecta solo a la carne: “Cuando se vende menos carne, se vende menos de todo: papas, verduras, lo que acompaña la mesa. Es una cadena. Cada vez más gente paga con tarjeta de crédito para comer, cuando antes se usaba solo para emergencias. Ahora ni siquiera alcanzan a cubrir los pagos mínimos”, detalló en FM Del Pueblo.

Para Schreiber, la situación se vuelve más compleja por la falta de competencia: “Si la carne la trae un solo distribuidor, va a poner el precio que quiera. Tiene que haber varias empresas para que el precio se regule”. A eso se suman las discusiones sobre la sanidad ganadera y la protección de la zona libre de aftosa sin vacunación, tema que divide opiniones entre productores y vecinos.

La crisis también golpea la estructura de los comercios de barrio: muchos almaceneros se sostienen a pulmón, reduciendo horas de trabajo o haciendo acuerdos con empleados para evitar despidos. “Estamos resistiendo, pero se vacía el stock y la morosidad es cada vez más alta. Si esto sigue así, no vamos a ver la luz del túnel”, lamentó.

Sobre el clima social, Schreiber reflejó la incertidumbre política y el descontento de los clientes: “Hay vecinos arrepentidos de cómo votaron, pero al mismo tiempo las encuestas dicen otra cosa. Se instaló una lógica de insulto y desprecio que no genera esperanza ni soluciones. La realidad es que la gente ya no llega a fin de mes y cada día es más difícil sostener un negocio”, cerró.