Luis Schreiber, referente histórico del comercio barrial en Río Grande, encendió las alarmas por la situación del sector: ventas desplomadas, comerciantes endeudados, locales que bajan persianas y familias que ya no pueden comprar ni lo básico. En diálogo con FM Del Pueblo, el titular del Centro de Almaceneros e integrante de la Cámara de Comercio describió una cadena de deterioro que golpea a toda la comunidad.
“El endeudamiento de las familias es brutal. Antes te pedían dos o tres cuotas, ahora ya no alcanzan ni con eso. Usan la tarjeta hasta que no da más”, explicó Schreiber, y agregó: “Esto no es nuevo, ya lo veníamos advirtiendo. Pero se profundizó y se volvió insostenible”.
Según relató, los pequeños comercios están recurriendo a medidas desesperadas: anotaciones en libretas, ventas fiadas y ofertas que achican los márgenes al límite de la pérdida. “Los mayoristas nos ponen días para comprar porque ellos también están complicados. Esto es una cadena, y si no cambian las políticas, no se va a revertir”, expresó.
Schreiber se refirió también al fenómeno de cierres masivos de kioscos y almacenes que se viralizaron en redes sociales. “Algunos estiran la agonía porque no quieren perder lo poco que tienen. Saben que si cierran, no hay otro trabajo esperándolos. Salís del mostrador y no hay fábricas contratando”, remarcó.
Uno de los casos más impactantes fue el de una joven comerciante que cerró su kiosco por falta absoluta de ventas. “Venía aunque sea lo mínimo: agua, galletitas… pero de golpe no entró más nadie. Ni para lo básico. Y uno empieza a pensar: ¿seré yo el problema? ¿Qué hice mal?”, citó Schreiber, compartiendo parte del testimonio difundido.
El comerciante también cuestionó la difusión de indicadores positivos que no se reflejan en la calle. “Nos quieren convencer de que subieron las ventas un 4,5% o que creció el empleo, pero la gente sabe que eso no es verdad. La realidad se ve hablando con el de al lado, con el taxista, con el peluquero. Ahí sabés si la cosa mejora o no”, sostuvo.
Respecto al rol de los pequeños negocios en el entramado económico, fue contundente: “Son los que más empleo generan. No siempre en blanco, pero son muchas manos trabajando. Un almacén puede ser el sostén de una familia entera”.
Schreiber también alertó sobre el ánimo social: “Se nota que la gente está distinta, preocupada, deambula, no se puede concentrar. Aunque uno quiera ponerle onda, nos está afectando la salud también”.
En el tramo final de la entrevista, dejó una frase que sintetiza su mirada:
“No puede ser que todos seamos fracasados. Evidentemente hay alguien que está apuntando para otro lado. Todos nos damos cuenta que los beneficios son para los que más tienen”.