Los recortes se concentran en tres frentes clave: la compra de indumentaria y calzado, la disminución del consumo de carne y el reemplazo de primeras marcas por alternativas más económicas.
La encuesta también refleja que el 46,3% de los hogares no logra cubrir sus gastos mensuales: un 29,6% lo hace con “algunas dificultades”, mientras que un 16,7% directamente atraviesa “grandes dificultades”.
El ajuste en las compras de la canasta básica se traduce en un creciente endeudamiento de las familias, que muchas veces apelan a las tarjetas de crédito o a financiamiento para acceder a bienes esenciales. Según analistas, este fenómeno es un síntoma de una economía en tensión que empuja a millones de hogares al borde de la crisis.
El informe también sondeó la opinión pública frente a las medidas recientes del Gobierno Nacional. El rechazo más fuerte se concentró en los vetos a iniciativas de carácter social:
Emergencia por discapacidad: 67,4% en desacuerdo.
Aumento de jubilaciones: 66,5% en desacuerdo.
Aumento de salarios del Hospital Garrahan: 65,1% en desacuerdo.
La grieta política atraviesa las respuestas: los votantes de La Libertad Avanza y el PRO se muestran más afines a las decisiones oficiales, mientras que entre los votantes de Unión por la Patria el nivel de acuerdo no supera el 10%.
Un dato llamativo es que un tercio de los consultados (33,2%) no se identifica con ninguna corriente política, mientras que el 26,8% se define como “de derecha/conservador”, una tendencia que crece entre jóvenes varones menores de 40 años.
La privatización de AySA aparece como la única medida con niveles de apoyo más equilibrados: un 45,2% de acuerdo frente a un 47,6% de rechazo.