La demanda en salud mental no deja de crecer. Según un diagnóstico elaborado por catorce provincias entre 2019 y 2025, las consultas ambulatorias se duplicaron y las internaciones muestran incrementos que rondan entre el 80 y el 90%. En Tierra del Fuego, el secretario de Salud Mental y Problemáticas de Consumo, David De Piero, confirmó que los hospitales de Río Grande y Ushuaia reflejan la misma curva ascendente.
“Partimos de 2019 como punto de referencia. Después del paréntesis que significó la pandemia en 2020, los registros suben de forma sostenida y hoy la presión sobre el sistema es muy alta”, explicó en diálogo con FM Del Pueblo.
El funcionario provincial identificó tres motores que se combinan y potencian:
Una tendencia mundial de mayor demanda en salud mental.
El impacto pospandemia, sobre todo con cuadros de ansiedad en niños y adolescentes.
El deterioro socioeconómico local: inflación, problemas laborales, suba de alquileres y encarecimiento de medicamentos.
“Cuando los tratamientos se cortan por falta de cobertura o por el precio de los psicofármacos, aumentan las crisis. Muchas internaciones podrían evitarse si hubiera líneas de cuidado permanentes”, subrayó.
El diagnóstico también refleja cómo varía la demanda: en consultorios de salud mental son las mujeres quienes consultan con más frecuencia, mientras que en problemáticas de consumo predominan los varones. “Eso no significa mayor sufrimiento, sino mayor acceso en el caso de ellas y mayor exposición al consumo en el caso de ellos”, precisó De Piero.
Además, se advierte un incremento sostenido del uso de psicofármacos y de sustancias psicoactivas, con patrones de consumo diferenciados por género.
Otro aspecto crítico es el financiamiento. De Piero advirtió que los recortes nacionales afectan directamente a los dispositivos comunitarios y a las familias. “Lo que necesitamos son más espacios en territorio y continuidad en los cuidados. Cambiar leyes o volver al encierro no resuelve la crisis”, señaló, al referirse a iniciativas que buscan reinstalar internaciones compulsivas o psiquiátricos.
El funcionario destacó las políticas previas de inclusión laboral y talleres comunitarios, y reclamó coordinación federal para sostener esas experiencias.
El regreso a la presencialidad dejó huellas en niños y adolescentes, con ansiedad, dificultades para socializar y familias sobrecargadas por las tensiones económicas. “La salud mental es psicológica, pero también social. Hoy la imposibilidad de sostener lo básico genera frustración permanente. El padecimiento no engaña”, resumió De Piero.
El trabajo conjunto de las 14 provincias será publicado como un informe nacional que permita fijar metas comunes y fortalecer dispositivos de atención. En Tierra del Fuego se prevé complementar ese diagnóstico con encuestas locales y reforzar programas destinados a prevenir internaciones.
Claves del informe:
+100% de consultas ambulatorias (2019-2025).
+80/90% de internaciones.
Factores: pospandemia, ansiedad en juventudes, crisis económica y discontinuidad de tratamientos.
Reclamo: más presencia territorial, continuidad de cuidados y coordinación federal.