Aunque ratificó la existencia de esas menciones, Cerimedo negó haber sido quien grabó al exfuncionario ni haber filtrado los audios que detonaron la crisis.
Según trascendió en Comodoro Py, Cerimedo relató que Spagnuolo le contó “en cuotas” sobre irregularidades en la gestión y que esas versiones “alguien las tenía guardadas y las usaron en época de elecciones”. En su declaración, fue categórico:
“Spagnuolo me habló de hechos de corrupción, pero no fui yo quien lo grabó”.
Además, deslizó que la relación personal con el exdirector de la ANDIS había terminado mal, lo que podría haber generado sospechas en su contra. “Yo tuve un diario que banca al Gobierno, me cargué la campaña al hombro. ¿Para qué voy a tirar esa bomba?”, sostuvo.
La investigación apunta a determinar si existió un circuito de sobornos en la ANDIS que habría favorecido a la droguería Suizo Argentina S.A., de la familia Kovalivker. La defensa de los empresarios ya planteó la nulidad de la causa, alegando que la prueba principal —los audios— se obtuvo de forma ilícita.
Cerimedo, por su parte, reconoció que fue Javier Milei quien lo presentó a Spagnuolo, con quien mantuvo un vínculo político fluido. Según sus palabras, las conversaciones filtradas no hacían referencia al presidente, sino a “Javier”, en alusión a la interna del propio oficialismo.
En pocos días vencerá la prórroga del secreto de sumario. Allí, las partes podrán acceder al expediente y se definirá el rumbo de la causa. Entre tanto, Spagnuolo evalúa convertirse en imputado colaborador, lo que podría abrir una caja de Pandora sobre responsabilidades aún más altas dentro del esquema de poder.