De esta manera, Melella buscó despegarse de la organización de los banderazos y marchas que se multiplicaron en Ushuaia y Río Grande en rechazo a la visita presidencial y a las políticas nacionales. Al mismo tiempo, dejó en claro que el malestar social tiene raíces genuinas en la población fueguina, que atraviesa un fuerte deterioro económico y teme por el futuro de la industria y la soberanía en la región.
Las declaraciones del gobernador, publicadas este lunes por Clarín, reflejan el nivel de tensión que atraviesa la relación entre el gobierno provincial y la Casa Rosada. Mientras Milei intenta mostrarse en campaña de respaldo a su modelo de ajuste, el territorio fueguino se transformó en un escenario de resistencia social y política.
“Yo no organicé nada. La gente se organiza sola porque no está de acuerdo con lo que pasa en el país”, insistió Melella, quien además deslizó que si su administración convocara de manera directa a la ciudadanía, la magnitud de las protestas sería todavía mayor.
La respuesta del mandatario llega luego de que sectores afines a La Libertad Avanza intentaran responsabilizarlo por el clima adverso que rodea la presencia del Presidente en la isla. Sin embargo, las imágenes de pintadas, carteles y movilizaciones espontáneas en diferentes barrios muestran un rechazo transversal que excede cualquier estructura partidaria.
Con estas declaraciones, Melella se posiciona como una de las voces más críticas al proyecto libertario en el sur argentino, sin perder de vista la necesidad de preservar la institucionalidad en medio de un escenario político y social cada vez más tenso.
Fuente: Diario Clarín.