“Nos pagan $43.000 por día por paciente, ni la comida se cubre con eso”, denunció Lavenia.
La dirigente explicó que OSEF paga $1.300.000 mensuales por internación, menos de la mitad del costo real de un tratamiento intensivo en Buenos Aires, que ronda los $2,8 a $3 millones.
“Es imposible sostener un tratamiento serio con esos valores. No se actualizan desde marzo y recién prometen revisar en enero, pero sin garantizar montos ni plazos”, señaló.
Según Lavenia, el 17 de octubre la obra social les anticipó que no habría aumentos inmediatos, por lo que el 22 enviaron la carta documento de rescisión. “OSEF creyó que no íbamos a animarnos, pero esta vez fue definitivo”, afirmó.
Reencontrándonos notificó a cada afiliado y otorgó 30 días hábiles de continuidad asistencial. Pasado ese plazo, los pacientes deberán recurrir a la justicia o a la Defensoría para garantizar su tratamiento.
“Son 38 familias que deben presentar un recurso de amparo o pedir intervención judicial. Algunos casos son internaciones involuntarias, incluso de menores”, advirtió.
Lavenia reveló que la Defensoría y el Juzgado de Familia ya fueron informados, dado que existen internaciones ordenadas judicialmente por consumos problemáticos o riesgo de vida.
La institución —único centro con internación para adicciones en Tierra del Fuego— analiza reducir su equipo de trabajo a la mitad y limitar los servicios.
“Sin OSEF, perdemos el 50% de los ingresos. Tal vez tengamos que suspender internaciones y pasar a un formato ambulatorio. No se puede sostener 27 profesionales con estos recursos”, explicó.
El impacto alcanza a médicos, psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales, talleristas y acompañantes terapéuticos que trabajan bajo un sistema de atención permanente, 24 horas al día, los 365 días del año.
Lavenia informó que se comunicó directamente con el gobernador Gustavo Melella para advertirle sobre la gravedad de la situación.
“El gobernador me respondió y dijo que iba a hablar con las autoridades de OSEF. Esperamos que sea una señal concreta, porque esto es una emergencia humanitaria”, sostuvo.
La presidenta insistió en que “Reencontrándonos no es un negocio, es una red de vida para personas y familias que están al borde del abismo”.
“Defender Reencontrándonos es defender un derecho básico: el acceso a la salud mental”, concluyó.