A través de un comunicado del Ministerio de Economía, la administración provincial reconoció que los haberes se depositarán de manera escalonada: una parte de los empleados cobrará el martes 4, mientras que los cargos superiores deberán esperar hasta el día 10. La medida implica un retraso considerable respecto de las fechas habituales de pago.
La demora en los depósitos genera un fuerte impacto en miles de familias santacruceñas que deben afrontar el pago de alquileres, créditos, servicios y tarjetas. Muchos trabajadores expresaron su malestar en redes sociales y advirtieron sobre las dificultades que supone esta situación en un contexto de alta inflación.
El anuncio deja en evidencia la delicada situación financiera que atraviesa la provincia. Según fuentes del propio Gobierno, los recursos disponibles no alcanzan para cubrir en tiempo y forma las obligaciones salariales, lo que refleja un deterioro progresivo de las cuentas públicas.
Santa Cruz vive así un escenario de incertidumbre y preocupación. La administración de Vidal enfrenta uno de sus mayores desafíos desde el inicio de su gestión: garantizar la estabilidad financiera y recuperar la confianza de los trabajadores estatales.