Gallardo destacó que, tras los comicios, hubo una fuerte baja del riesgo país y una mejora en las expectativas de los mercados, lo que podría potenciar créditos e inversiones. Sin embargo, advirtió que ese “viento de cola” no se está reflejando en la provincia:
“Las pymes están muy mal. No hay ventas, hay una profunda recesión y comercios cerrando. Blanco Nieve es solo un ejemplo de una caída que puede profundizarse”, dijo.
El analista señaló además que las textiles están prácticamente sentenciadas tras los decretos que las excluyeron de los beneficios del subrégimen industrial, y advirtió que cientos de empleos podrían perderse en los próximos meses si no se revisan las políticas en vigencia:
“Los decretos 727 y 594 decretaron la defunción de las textiles. Es cuestión de tiempo”.
Gallardo describió un contexto social complejo: más de 41.000 personas en situación de pobreza, 6.300 indigentes y una caída del 37% del empleo industrial en los últimos 10 años, mientras la población creció un 47% en el mismo período.
“La ecuación es insostenible. La balanza comercial es profundamente deficitaria y dependemos casi por completo de insumos importados”, afirmó.
En este escenario, reclamó que la Legislatura apruebe una moratoria urgente para las pymes y que esa medida vaya acompañada por una baja real en las tasas e impuestos.
“Una moratoria no puede ser la plomada que hunda al comerciante. Si no pagaron, es porque no pueden. El Estado tiene que aflojar el pie para que las empresas no cierren”.
Finalmente, Gallardo pidió que los distintos niveles del Estado prioricen el diálogo político:
“No es momento de mezquindades. El bienestar de los fueguinos está por encima de las diferencias. El que gana una elección no puede transformar eso en indiferencia hacia quienes no fueron convocados".
Y cerró:
“Hoy tenemos la posibilidad de que las tasas bajen y los créditos vuelvan a impulsarse. Si Tierra del Fuego no reacciona y se queda fuera del esquema nacional, la crisis se va a profundizar”.