En diálogo radial en FM Provincia, Garófalo señaló que la empresa —dedicada a la confección de sábanas— quedó sin capacidad competitiva frente a mercadería importada “a valores ridículos” desde China, Pakistán y Bangladesh. A esta dinámica de precios sin referencia se sumó una indefinición normativa que, según el dirigente empresarial, está empujando al borde del abismo a toda la industria textil de la provincia.
“Lo que estamos viviendo es la consecuencia de una decisión política que dejó a las textiles fuera del régimen promocional, y de un decreto —el 594 de 2023— tan confuso que nunca fue reglamentado en su punto clave. Hoy nos manejamos con interpretaciones capciosas que agravan la incertidumbre y dejan sin beneficios a todas las empresas, incluidas las que siguen dentro del subrégimen”, sostuvo.
El titular de CAFIN también se refirió a Sueño Fueguino, otra de las firmas que pelea por sobrevivir con 27 camiones cargados sin poder sacar producción de la isla. “La cautelar que le permitía trabajar fue revocada. Están en una situación muy comprometida”, alertó.
Garófalo aseguró que, en el escenario actual, ninguna compañía textil radicada en la provincia puede sostener su actividad después de enero de 2025. “Si hacemos un promedio, los beneficios calculados les alcanzan para funcionar hasta marzo de 2024. Para 2025, siguiendo la lógica del cupo en pesos no actualizable, no alcanzan ni para un mes. Estamos hablando de reclamos fiscales astronómicos que ninguna empresa puede afrontar”.
Según los registros de la cámara, hoy subsisten alrededor de 500 empleos directos en el sector textil, pero la continuidad de esos puestos está en riesgo inminente. “Si no hay un acto de reflexión inmediato por parte del Gobierno nacional, las plantas comenzarán a apagarse este mismo verano”, sostuvo.
El dirigente confirmó que hay estudios jurídicos preparando demandas por discriminación ante la ley, debido a la diferencia de tratamiento entre las textiles y el polo electrónico —que sí logró sostener los beneficios promocionales—, aunque remarcó que la batalla central es política: “Hay que unificar un discurso entre el Gobierno provincial, la oposición local y los representantes nacionales. Si no nos presentamos ante Nación con una postura clara y consensuada, la pérdida de estas fuentes laborales será inevitable”.
Garófalo también advirtió sobre los posibles efectos colaterales: “La industria no desaparece mágicamente sin generar un daño profundo. Hay familias enteras que dependen de estas fábricas. La reconversión que algunos mencionan ni siquiera tiene una forma definida. Nadie puede hablar seriamente de una salida alternativa si no se sabe qué actividad las reemplazaría”.
En otro tramo, Garófalo observó “una apertura indiscriminada de importaciones” que no solo compite deslealmente con la industria nacional, sino que pone en duda estándares laborales y ambientales: “Están entrando productos fabricados con trabajo esclavo o infantil en países sin regulaciones claras. Es un exceso de voluntarismo pensar en bajar precios al público sin atender estas condiciones”.
A menos de dos meses del cierre de 2025, el titular de CAFIN remarcó la urgencia de actuar: “Cada día que pasa empeora el diagnóstico. Necesitamos una instancia de diálogo real con autoridades que tengan la capacidad de intervenir en la definición del régimen. La incertidumbre ya es insostenible y lo será mucho más cuando empiece 2026 sin un horizonte claro”.