El escándalo que sacude a la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), y que salpica también a áreas del Ministerio de Economía, impactó de lleno en Tierra del Fuego. En diálogo con FM La Isla, el secretario general de ASIMRA Río Grande, Javier Escobar, sostuvo que las revelaciones sobre Ornella Calvete —funcionaria de Industria y miembro de la Comisión del Área Aduanera Especial (CAAE), a quien le hallaron USD 700 mil en su vivienda— confirman sospechas históricas del sector metalúrgico.
“Para nosotros Calvete es una delincuente; siempre la repudiamos. Ella y Cardini definían el futuro de la industria fueguina mientras estaban robando medicamentos para discapacitados. Esto recién empieza”, afirmó.
Escobar remarcó que ambas figuras fueron claves en resoluciones que modificaron procesos productivos, criticaron públicamente al régimen y sostuvieron decisiones que impactaron en empleos y planificación industrial. “Engañaban a los medios, al poder político y a los trabajadores. Y ahora aparecen involucrados en una trama de sobornos”, expresó.
El sindicalista planteó que el escándalo obliga a revisar integralmente lo actuado por la CAAE en el último año:
“Se tiene que revisar todo. Denunciar todo. Volver a foja cero. No solo lo técnico: hay que investigar qué beneficios recibieron las empresas, quién pidió qué, y qué rentabilidad se les garantizó poniendo en riesgo miles de puestos de trabajo”.
Escobar cuestionó que las autoridades nacionales justificaran los cambios en los procesos productivos argumentando competitividad, cuando ahora se sabe que quienes impulsaron esas decisiones participaban de una estructura de corrupción.
“Con esto, todo está bajo sospecha. Cada resolución, cada aprobación, cada reunión”, insistió.
Consultado sobre las perspectivas inmediatas para la industria electrónica, Escobar fue contundente:
“La recesión sigue, las empresas no prevén trabajar a plena capacidad en enero, febrero y marzo”.
“Si además avanza la reforma laboral, la situación será peor”.
“La crítica situación ya es conocida, pero todavía no llegó lo peor”.
El dirigente advirtió que el resultado electoral nacional dejó “una señal de aval” a las políticas que afectan al régimen, lo que complica el escenario sindical:
“Convencer al trabajador de salir a luchar, cuando una parte avaló su propio destino, será muy difícil”.
De todos modos, sostuvo que el impacto económico ya golpea transversalmente: “No hay sectores populares que la estén pasando bien. Ni siquiera parte de la clase alta que compró un espejito de colores”.
Escobar confirmó que ASIMRA ya inició conversaciones con otros gremios para elaborar una estrategia común:
“Estamos planificando esta semana y la que viene para ver si podemos concentrar a nivel provincial. No es fácil: cada sector tiene sus conflictos, muchos están en peleas nacionales. Pero hay buena recepción, porque el ajuste atraviesa a todos”.
Aun así, reconoció que existe un debate interno complejo: “Hay trabajadores que acompañaron electoralmente este modelo y hoy dudan. Es una situación extraña. Pero la respuesta tiene que ser colectiva, no individual”.
Escobar cerró con un mensaje directo:
“Hoy esperar es un error. Hay que salir a combatir los embates que vienen, como sea y en unidad. La industria fueguina no aguanta más improvisaciones ni decisiones sospechadas”.