La escalada se da en un contexto ya tenso: tras un 2025 con aumentos frecuentes, este diciembre comenzó con una aceleración poco habitual incluso para un escenario inflacionario como el actual.
Según los últimos relevamientos de estaciones en la provincia:
Los precios se elevaron nuevamente en los surtidores, afectando a todos los combustibles: nafta Súper, premium e incluso gasoil.
Los incrementos superaron en promedio un 7% acumulado, aunque en algunos casos el salto fue mayor, dependiendo del producto y la estación.
Este ajuste se suma a las subas registradas a fines de noviembre, cuando la nafta Súper pasó de $1.165 a $1.263 por litro, y la Infinia —en su versión premium— también sufrió un fuerte incremento.
Para muchos fueguinos —donde el uso del vehículo es fundamental por las distancias, el clima y las características geográficas— esos tres aumentos en cuatro días representan una carga inesperada en el presupuesto familiar.
Los costos de movilidad se elevan drásticamente: llenar el tanque del auto implica ahora desembolsos mucho mayores.
Trabajadores que usan vehículo para trabajar (transporte, logística, delivery, etc.) se encuentran con un nuevo costo obligatorio que no estaba presupuestado.
Los aumentos también repercuten en el traslado de mercaderías, la distribución de bienes esenciales y los servicios que dependen del combustible: un encarecimiento general que puede trasladarse al precio final de productos y servicios.
Este ritmo de aumentos —tres en solo cuatro días— deja en evidencia varios problemas estructurales del sistema de precios de combustibles:
La volatilidad extrema, que impide planificar gastos de transporte o logística.
La falta de previsibilidad ante consumidores y pequeños comerciantes.
Un impacto desproporcionado sobre quienes ya sufren por la inflación general, generando mayor presión sobre ingresos y economías familiares.
Para un territorio como Tierra del Fuego —con su condición especial por la lejanía, los costos logísticos y la dependencia de transporte— estas subas sucesivas tienen un impacto multiplicador.
A la escalada inédita de diciembre se suma un dato alarmante: desde diciembre de 2023, la nafta Súper aumentó un 334%, muy por encima de todos los indicadores económicos nacionales. Según el CREEBBA, en el mismo período el IPC general acumuló un 271%, mientras que el rubro Transporte y Comunicaciones subió 247%. Es decir, los combustibles treparon casi 90 puntos por encima de la inflación, consolidándose como uno de los factores que más presión generan sobre el costo de vida y la actividad económica de miles de fueguinos.
Con la política de precios tan inestable, las expectativas de que el combustible se estabilice a corto plazo son bajas. Además, si se confirman nuevos ajustes por impuestos, impuestos al carbono o recargas logísticas, los valores podrían seguir escalando.
Para las familias: la planificación económica de fin de año se complica. Para los sectores productivos: los costos operativos suben y la presión sobre precios internos aumenta. Y para el conjunto de la provincia: un nuevo factor de tensión económica que se suma al contexto inflacionario general.