Lo más grave es que, debido a la demora, todavía no se le aplicó la vacuna antitetánica, un procedimiento básico y urgente en este tipo de lesiones. Desde el hospital indicaron que la vacuna solo puede colocarse una vez realizadas las curaciones, pero esas curaciones aún no se concretaron.
La familia del niño expresó su enojo y desesperación ante una situación que consideran inaceptable, especialmente tratándose de un menor y de un riesgo sanitario concreto. “No estamos hablando de una consulta menor, es una mordedura de perro y pasan las horas sin respuestas”, señalaron.
El caso vuelve a exponer las falencias en la atención del sistema de salud pública, donde las demoras, la falta de personal y la desorganización terminan poniendo en riesgo a los pacientes, incluso en situaciones que deberían resolverse con rapidez y prioridad.