El arranque de la sesión en la Cámara de Senadores sumó un nuevo capítulo de tensión y escándalo institucional, con un durísimo planteo de la senadora fueguina Cristina López, quien apuntó directamente contra la vicepresidenta Victoria Villarruel y la acusó de ejercer un “autoritarismo intolerable” al frente del cuerpo legislativo.
López presentó una cuestión de privilegio contra la Presidencia del Senado, denunciando haber sido víctima de agresiones físicas y tocamientos impúdicos durante el conflicto por la asignación de su despacho, ocurrido semanas atrás. Según expresó, los hechos no fueron aislados sino parte de un mecanismo de violencia institucional desplegado desde la llegada de Villarruel a la conducción de la Cámara.
“No lo hago desde lo personal ni desde el enojo, sino desde una profunda preocupación democrática. Lo que está pasando en esta Cámara es grave e intolerable. En el Senado reina el autoritarismo y el abuso de poder”, afirmó la legisladora fueguina en el recinto, mirando directamente a la vicepresidenta.
En su exposición, López fue aún más lejos y aseguró que los episodios sufridos constituyen una represalia política por haber jurado como senadora “por los 30 mil desaparecidos”, un gesto que —según denunció— desató una serie de acciones disciplinadoras desde la Presidencia del cuerpo.
El clima se tensó aún más cuando Villarruel interrumpió a la senadora para impedirle la lectura completa de su planteo. “¿A usted le parece que después de lo que hicieron alguien puede decir algo tranquila?”, respondió López, visiblemente alterada. La vicepresidenta retrucó: “Si usted usurpa los despachos, pasan estas cosas”.
La respuesta de la fueguina no tardó en llegar. “Usted sabe que no fue así. Hace un mes que venía ocupando ese despacho con el senador Sergio Leavy y hay testigos de eso”, afirmó, desmintiendo la acusación y reforzando su denuncia pública.