Río Grande.- En un ambiente muy emotivo, los invitados fueron agasajados, compartieron alegremente y recordaron antiguas anécdotas de una ciudad que no alcanzaba a los 10.000 habitantes. Carpinteros, constructores, puesteros de estancias, empleados gastronómicos, albañiles, etc., el encuentro derivó en un recorrido de la historia de nuestra ciudad de Río Grande, de la vida privada de las familias, costumbres y anécdotas.
El Cónsul Ruiz Piracés destacó el legado histórico y cultural de esta inmigración para Río Grande, que entrelazó con las virtudes del pueblo chilote, al que calificó como una sociedad única en tradiciones, cultura, literatura, gastronomía y tenacidad. “Chiloé sorprende con su exquisita gastronomía, sus avezados navegantes, sus leyendas y mitología única, su historia tan especial, y todo en una geografía caracterizada por sus campiñas ordenadas y verdes recostadas sobre parajes ondulantes que caen al océano Pacífico”, expresó el Cónsul.
El diplomático añadió que “Chiloé es un puzle de islas que forjaron una identidad única y especial, y de esas tierras se embarcaron mujeres y hombres en un viaje de meses por los canales australes chilenos hasta llegar a Magallanes, poblar esa región y de ahí atravesaron el estrecho de Magallanes en búsqueda de mejores tiempos”.