

Por: Ramón Taborda Strusiat
Ushuaia.- En una entrevista en Radio Provincia, Fabián Valdez, titular de la empresa Valdez SRL y productor de mejillones en Almanza, expresó su descontento con
El productor comenzó su intervención destacando que, aunque la empresa Pesantar-Newsan Food -destacado por el subsecretario de Coordinación Pesquera y Acuícola de la provincia, Diego Marzioni- logró realizar la exportación, el contexto en el que se desarrolló esta actividad es muy diferente al que se presenta oficialmente. “Lo que dice Marzioni es prácticamente todo mentira”, afirmó, refiriéndose a las declaraciones del gobierno provincial que celebran la exportación. Según Valdez, la realidad es que su empresa y otros productores han sufrido las consecuencias de un incumplimiento por parte de la provincia ante el Centro Nacional de Desarrollo Acuícola (CENADAC), lo que llevó a su empresa a detener la producción de mejillones y a enfrentar serias dificultades económicas.
Un camino lleno de obstáculos
El productor explicó que, a raíz de la falta de respuesta de
Valdez enfatizó que, a pesar de los esfuerzos realizados por su empresa para obtener la habilitación necesaria para la producción y exportación de mejillones, la falta de apoyo del Gobierno provincial ha dejado a los productores artesanales en una situación de incertidumbre. “No hay un apoyo directo hacia los pequeños productores como nosotros”, afirmó, añadiendo que la provincia parece estar enfocada en favorecer a empresas más grandes, dejando a los productores artesanales en un segundo plano.
La situación en Almanza, donde se desarrolla la actividad acuícola, también fue objeto de crítica por parte de Valdez. El productor describió el lugar como “abandonado”, señalando la falta de servicios básicos como agua potable y cloacas, lo que complica aún más la producción. “Estamos produciendo en el mismo lugar que estamos contaminando”, advirtió, subrayando la necesidad de un plan integral que contemple el desarrollo sostenible de la región.
Valdez también se refirió a las dificultades que enfrenta su empresa para retomar la producción de mejillones, que requiere un proceso de cultivo de aproximadamente dos años. “El mal ya está hecho”, lamentó, refiriéndose a las pérdidas sufridas durante el tiempo en que no pudieron comercializar su producto. A pesar de la reciente exportación celebrada por el gobierno, Valdez destacó que su empresa no tiene la capacidad de esperar como lo hacen las grandes compañías, lo que pone en riesgo su continuidad.
A pesar de los desafíos, Valdez se mostró decidido a continuar con su actividad productiva. “Estamos peleándola, seguiremos porque me gusta la actividad”, afirmó, aunque reconoció que la burocracia gubernamental y la falta de claridad en las políticas de apoyo a los productores generan un clima de incertidumbre.
La crítica de Fabián Valdez a