En declaraciones a FM Provincia, Degratti explicó que el ser humano, como ser social, se ve profundamente afectado por los factores del entorno. “Cuando el contexto se vuelve estresante, como lo es hoy lo económico, se resiente la vida familiar, comunitaria y emocional. El temor a perder el trabajo ya es más fuerte que la inflación misma”.
Consultado sobre si este contexto puede alterar la percepción política o social de las personas, Degratti fue tajante: “Cuando te bajan la calidad de vida de forma constante, empezás a aceptar cualquier cosa. Incluso podés aceptar decisiones autoritarias si con eso se resuelve el tema económico. Porque venís de un proceso de mucha frustración”, explicó.
Respecto a la demanda de atención psicológica, indicó que el sistema de salud mental atraviesa una crisis sostenida. “Las obras sociales no dan respuesta, el Estado no da respuesta y los tratamientos particulares se vuelven impagables. Y eso nos lleva a otro problema grave: la sobremedicalización. Se están recetando psicofármacos como si fueran una solución mágica, pero eso no soluciona el malestar. Solo lo tapa”.
Advirtió además sobre el acceso descontrolado a medicamentos en el mercado negro: “Hoy podés comprar Ribotril o Clonazepam en ferias, sin receta ni control. La desregulación solo va a empeorar eso”.
Finalmente, remarcó que no hay mejora posible sin una red de contención real: “La salud mental está atada a lo social, lo económico, lo familiar. Y hoy todo eso está roto. Hay que reconstruir esa cadena desde las bases. Si no, seguimos cayendo”.