lunes 14 de julio de 2025 - Edición Nº2413

Policiales | 25 jun 2025

Fuego, misterio, reclamo

Dolor y pedidos de justicia por la muerte de Miguel Maira Clemente en Río Grande

Su cuerpo fue hallado calcinado en una vivienda. La familia denuncia irregularidades en la investigación, exige una nueva pericia y asegura que “algo pasó esa noche que no nos quieren decir”.


La muerte de Miguel Ángel Maira Clemente, de 36 años, sacudió a la comunidad de Río Grande. La causa, inicialmente caratulada como muerte por inhalación de humo, fue cerrada pero luego reabierta por presión de la familia, que se presentó como querellante. "Lo mataron como un perro", dicen sus allegados, que reclaman justicia y apuntan contra la expareja de la víctima y su entorno.

El caso de Miguel Ángel Maira Clemente, el joven boliviano de 36 años que fue hallado calcinado en una vivienda de Río Grande, vuelve a estar en el centro de la escena luego de que su familia se presentara como querellante y lograra la reapertura de la causa.

Inicialmente, la investigación judicial concluyó que la muerte de Miguel se debió a inhalación de humo, y se cerró el expediente. Sin embargo, para su madre y hermanos, esa versión está llena de inconsistencias. “Cuando llegamos, el caso ya estaba cerrado. No nos habían avisado nada. Fue todo muy raro”, denunció su hermana.

Los familiares no creen que Miguel haya muerto accidentalmente. “Él era un hombre fuerte, sano. Los vecinos dijeron que gritaba pidiendo ayuda cuando la casa ya estaba en llamas. ¿Por qué nadie lo ayudó?”, cuestionó entre lágrimas su madre, quien también señaló que el padrastro de la pareja de su hijo escuchó los pedidos de auxilio y no intervino.

La familia sospecha que hubo intervención de terceros en la muerte de Miguel. “Creemos que hubo más de una persona involucrada. No fue solo un incendio. Algo pasó en esa casa, y no nos lo están diciendo”, afirmaron. Además, acusan a la expareja de Miguel de mantener al momento una relación paralela con el padre de sus hijos, quien —según ellos— también estaba en la vivienda esa noche y tiene antecedentes penales.

Otra línea de reclamo apunta a la discriminación que sienten como comunidad boliviana: “Nosotros también somos humanos. Sentimos que si esto le hubiera pasado a una familia argentina, ya estaría esclarecido”, dijeron con impotencia.

A pesar del dolor, la familia insiste en saber la verdad. “No queremos dinero ni nada de lo que Miguel le dio a esa mujer. Solo queremos saber qué pasó esa noche, por qué murió mi hijo”, expresó su madre.

Ahora, con la reapertura de la causa y el patrocinio de un abogado, buscan impulsar una nueva pericia y reexaminar todas las pruebas. “No vamos a parar hasta que sepamos la verdad. Mi hermano no era asesino, ni drogadicto, ni violador. ¿Por qué lo mataron así?”, dijo su hermana.

La comunidad boliviana en Río Grande también se sumó al reclamo, mientras crece la expectativa por lo que pueda revelar la nueva etapa de la investigación.

“Estamos lejos de nuestro país, con un dolor inmenso. Solo queremos justicia. Nada más”.

 

 

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