

A través de cartas enviadas personalmente a los líderes de Japón, Corea del Sur, Malasia, Sudáfrica, Indonesia, Tailandia, entre otros países, Trump notificó que los nuevos gravámenes comenzarán a regir el 1° de agosto y que serán independientes de otros aranceles ya existentes.
“Si quieren vendernos, que vengan a fabricar en Estados Unidos”, sostuvo el líder republicano, dejando en claro que la prioridad de su agenda económica sigue siendo la defensa de la producción y el empleo nacional. Además, advirtió que si los países afectados responden con medidas similares, EE.UU. subirá aún más los aranceles.
Trump también ofreció una vía alternativa: ningún arancel si las empresas extranjeras trasladan su producción a suelo estadounidense. “Haremos todo lo posible para que reciban las aprobaciones necesarias de forma rápida y profesional… en cuestión de semanas”, aseguró.
Entre los países alcanzados por esta medida se encuentran:
Japón y Corea del Sur: 25 %
Malasia, Kazajistán, Túnez: 25 %
Sudáfrica, Bosnia y Herzegovina: 30 %
Indonesia: 32 %
Bangladesh y Serbia: 35 %
Camboya y Tailandia: 36 %
Laos y Myanmar: 40 %
Trump dejó la puerta abierta a eventuales revisiones si los países acceden a “abrir sus mercados, eliminar barreras comerciales y modificar sus políticas arancelarias y no arancelarias”.