lunes 14 de julio de 2025 - Edición Nº2413

Generales | 13 jul 2025

Buscar el mango

Los nuevos buscavidas del volante en Tierra del Fuego

En Tierra del Fuego, el volante se ha transformado en el nuevo refugio económico. La crisis laboral y la escasez de oportunidades en el mercado formal han llevado a que desde jubilados hasta profesionales con títulos incompletos, e incluso estudiantes, se conviertan en buscavidas de la ruta.


Por: Por Redacción

Frente a un panorama donde la estabilidad se desmorona, cada viaje en plataformas como Uber representa una oportunidad para sumar ingresos y sobrevivir en tiempos difíciles.

El fenómeno, que se ha acelerado con la recesión nacional, se define por la emergencia de perfiles inesperados al volante. Profesionales, técnicos, personas con experiencia administrativa, jubilados con haberes mínimos y jóvenes que aún no logran insertarse en el mercado formal. Todos encuentran en esta economía bajo demanda una manera de resistir.

Aunque no existen cifras oficiales de Uber específicas para la provincia, desde Red23 Noticias estimamos que más de 1.200 personas en Río Grande, Ushuaia y Tolhuin ya se desempeñan como conductores registrados o informales en aplicaciones como Uber, Cabify o plataformas de delivery, según relevamientos de medios locales, datos de registros de tránsito y fuentes del sector. Solo en Río Grande, se calcula que 7 de cada 10 taxis o remises también operan como Uber para complementar ingresos.

Las historias personales ilustran esta tendencia. Sergio, un hombre de 59 años que manejaba departamentos turísticos, hoy conduce para sostener su economía familiar. Santiago, de 25, trabaja en gastronomía y encontró en Cabify una salida rápida para poder “darse gustos” que su sueldo ya no permite. Son relatos cotidianos que hoy representan a cientos de fueguinos y fueguinas que eligen el volante como alternativa al desempleo o los ingresos insuficientes.

Con estimaciones de ingresos brutos mensuales que van desde los $441.000 a $550.000 por 30 a 50 horas de trabajo semanal, el atractivo es evidente. Pero también lo son los costos: combustible, mantenimiento, seguro y el desgaste físico y emocional. La mayoría opera sin cobertura legal plena: si bien Uber funciona en Tierra del Fuego, en ciudades como Ushuaia y Río Grande sigue sin regulación clara, lo que expone a los conductores a multas o controles sorpresivos.

Lo cierto es que los llamados "buscavidas del volante" no son solo trabajadores eventuales: son el reflejo de una economía desbordada por la falta de empleo registrado. Personas que, lejos de quedarse quietas, se reinventan y avanzan, muchas veces en soledad, con el GPS como guía y la necesidad como motor.

En resumen, podemos estimar que los buscavidas del volante no son el problema. Son la prueba viva de que el problema está en otro lado. Y también, quizás, la punta del hilo para empezar a reconstruir algo nuevo: un mercado laboral que no castigue a quien quiere trabajar, que no expulse a quien se esfuerza, que no obligue a sobrevivir en lugar de vivir.

Se ha naturalizando que el volante sea la única salida para quienes el sistema dejó a un costado.

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