

En declaraciones en FM Espectáculo, la directora de Epidemiología del Ministerio de Salud de Tierra del Fuego, Dra. Alejandra Aguilera, informó que si bien las infecciones respiratorias agudas son comunes en esta época del año, en 2025 se registra una baja en la cantidad de casos graves en comparación con años anteriores. La funcionaria lo atribuyó a una mayor conciencia preventiva en la población, aunque aclaró que no hay una única causa identificada.
“Estamos teniendo casos, sí, pero no en la medida que hemos tenido en años anteriores. Eso nos llama mucho la atención”, explicó Aguilera, y consideró que “las medidas preventivas que están llevando cada una de las personas hace que mejoren los indicadores en cuanto a la transmisión de este tipo de infecciones”.
Entre los factores que influyen en la propagación de virus respiratorios, la médica señaló el uso intensivo de espacios cerrados y poco ventilados, una característica típica de la región patagónica durante el invierno. A pesar de la circulación de virus como la gripe, el COVID-19 y el resfrío común, hasta el momento no se ha visto un aumento significativo en internaciones ni en la mortalidad asociada.
Vacunas y grupos de riesgo
Aguilera subrayó la importancia de la vacunación, en especial para grupos de riesgo. “La gripe y el COVID son virus ya instalados en la población. Ambos tienen vacunación disponible y deben ser considerados en los esquemas anuales, sobre todo en mayores de 65 años y personas inmunocomprometidas”.
También mencionó la incorporación de la vacuna contra el virus sincicial respiratorio para embarazadas entre la semana 32 y 36 de gestación, una estrategia que logró reducir la incidencia de bronquiolitis en recién nacidos. “Es una enfermedad que suele requerir internación en niños menores de dos años y genera un alto impacto en las familias y el sistema de salud”, indicó.
Respecto al acceso a vacunas fuera del calendario obligatorio, aclaró que algunas dosis pueden ser adquiridas en farmacias y aplicadas en vacunatorios públicos, siempre que se mantenga la cadena de frío adecuada.
Prevención: claves para evitar contagios
La funcionaria enfatizó que el lavado frecuente de manos, la ventilación cruzada de ambientes, el uso de barbijo en personas enfermas y la no automedicación son prácticas fundamentales para evitar la propagación de enfermedades respiratorias.
“El lavado de manos evita cualquier tipo de infección, sea respiratoria o gastrointestinal. Es un hábito que debería haber quedado después de la pandemia, pero lamentablemente se fue perdiendo”, lamentó.
Aguilera también desaconsejó el uso de saumerios, tabaco y velas aromáticas en espacios cerrados: “Son irritantes ambientales que debilitan las mucosas y favorecen el ingreso de virus”. Recomendó evitar el uso compartido de objetos personales como mates, cubiertos y vasos, especialmente en ámbitos escolares y familiares.
Consultas médicas: cuándo acudir
La epidemióloga advirtió que hay señales claras que deben motivar una consulta médica, como fiebre persistente mayor a 38,5°C que no cede con antipiréticos, síntomas prolongados por más de una semana o signos de dificultad respiratoria, especialmente en niños y adultos mayores.
“En los más chicos se nota por la irritabilidad, el rechazo al alimento, la respiración agitada o la coloración violácea en labios y manos. En los adultos mayores, el cambio de estado general, la falta de apetito o la inmovilidad pueden ser señales de alarma aunque no haya fiebre”, explicó.
Finalmente, insistió en que no se deben tomar antibióticos ni antigripales sin prescripción médica, ya que pueden provocar efectos adversos graves. “Los medicamentos de venta libre no son inocuos. Hay compuestos que elevan la frecuencia cardíaca, reducen el sueño y pueden causar caídas o arritmias en personas con enfermedades preexistentes”, alertó.
Recomendaciones clave:
Lavado frecuente de manos con agua y jabón o alcohol al 70%.
Ventilar los ambientes, aunque haga frío.
Evitar fumar, usar saumerios o compartir el mate.
No automedicarse: ante fiebre persistente o síntomas graves, acudir al médico.
Cumplir con los esquemas de vacunación, especialmente en grupos de riesgo.
“La vacuna nos ha liberado de enfermedades durante décadas. Más allá de noticias amarillistas, sigue siendo una herramienta clave en la prevención”, concluyó Aguilera.