

El cierre de listas en la provincia de Buenos Aires dejó expuestos los nuevos equilibrios de poder en la política argentina: mientras Cristina Fernández de Kirchner retrocede en su capacidad de ordenar el armado del peronismo, Karina Milei se consolida como la figura clave del oficialismo nacional, imponiendo su voluntad en los distritos sin grandes resistencias.
En el oficialismo, Máximo Kirchner logró sostener el control del armado del PJ bonaerense, pero no sin turbulencias. Desde La Cámpora marcaron territorio en municipios clave y lograron ubicar a referentes propios en lugares expectantes. Sin embargo, intendentes históricos y referentes del "albertismo residual" vieron cómo sus espacios fueron reducidos o directamente excluidos.
Uno de los perdedores fue Mariel Fernández (Moreno), con poca incidencia en el cierre. También Juan Zabaleta quedó debilitado, tras intentos fallidos de encabezar una lista propia. Del otro lado, se destacaron como ganadores intendentes como Martín Insaurralde (quien, pese a su bajo perfil tras el escándalo de Marbella, sigue tejiendo en las sombras), y Fernando Espinoza, que logró blindar a su entorno.
En la oposición, el cierre dejó sabor amargo para varios sectores. El ala dura del PRO logró imponer parte de su criterio con un Cristian Ritondo fortalecido, respaldado por Mauricio Macri. La incorporación de dirigentes alineados con la derecha libertaria marca una estrategia de endurecimiento.
En cambio, Néstor Grindetti (intendente de Lanús con pedido de licencia y excandidato a gobernador) vio limitada su capacidad de juego. En tanto, sectores de la UCR, como los que responden a Maximiliano Abad, se quejan por la falta de peso en el armado final, aunque lograron mantener algunos lugares en listas de consenso.
En La Libertad Avanza, Javier Milei y su hermana Karina impusieron su esquema de listas con mano dura. Sin embargo, la interna estalló en varios distritos por la falta de estructura, el rechazo a algunos candidatos y las denuncias por "venta de lugares". En municipios como La Matanza, Avellaneda y San Martín, las listas se definieron entre acusaciones cruzadas, lo que augura conflictos en la campaña.
En tanto, el Frente de Izquierda Unidad llegó a un acuerdo entre el MST y el PTS para evitar internas fuertes, mientras que los espacios vecinalistas y nuevos partidos como el Movimiento de Integración Federal buscan meterse con candidaturas propias en distritos sin representación nacional.