

La interrupción comenzó el jueves por la tarde y se extendió durante 2 horas y 50 minutos. El corte fue total para la mayoría de los usuarios, que inundaron las redes sociales con quejas, dudas y memes. La frase "Starlink qué pasó" se volvió tendencia global.
Elon Musk salió a dar explicaciones: según él, el problema se originó por un error de configuración durante una actualización de software. A través de su cuenta de X (ex Twitter), pidió disculpas públicamente.
En nuestro país, el servicio se cayó en varias provincias del norte y del sur, como Neuquén, Salta, Mendoza y zonas de la Patagonia. Para muchos usuarios en esas regiones, donde no llegan otras opciones de conectividad, Starlink es la única vía de acceso a internet estable.
Pero las consecuencias fueron mucho más graves en otras partes del mundo. En Ucrania, donde se usan más de 50.000 terminales de Starlink en plena guerra, el apagón afectó las comunicaciones militares y el uso de drones en el frente de batalla, según medios internacionales.
La caída global volvió a poner sobre la mesa un debate cada vez más presente: ¿es seguro que una infraestructura clave como el internet esté en manos de una empresa privada?
Expertos y usuarios plantean que es urgente diversificar las tecnologías disponibles y contar con planes alternativos, sobre todo en regiones donde Starlink se volvió esencial para la vida diaria, la educación, la producción y la defensa.