

Una reciente encuesta nacional de la consultora Zuban Córdoba reveló que, pese al descenso de la inflación, el 63,7% de los argentinos afirma que le cuesta cada vez más llegar a fin de mes, mientras que un contundente 89,3% asegura que se necesitan mejores sueldos para revertir la crisis.
El estudio, realizado sobre 1.400 casos con alcance nacional entre el 16 y 17 de julio, muestra que la economía del día a día sigue golpeando con fuerza a la mayoría de la población. Más allá del relato oficial de desaceleración inflacionaria, las urgencias cotidianas no dan tregua.
Además, el informe revela que el 57,5% de los encuestados tiene una imagen negativa del presidente Javier Milei, y un 56,8% desaprueba sus políticas. La percepción de que el Gobierno no tiene un plan económico claro alcanza al 55% del electorado, y un 57% descree que el Ejecutivo y su ministro Luis Caputo tengan la situación bajo control.
El bolsillo, en el centro de la escena
Más allá de las cifras macroeconómicas, el informe muestra una realidad que se vive en los hogares:
El 54,2% afirma que no le alcanza para cubrir necesidades básicas.
El 50,3% tiene miedo de perder su empleo o ingresos en los próximos meses.
El 47,6% siente que su situación empeoró en los últimos seis meses, y un 15,5% sostiene que está “igual de mal”.
En total, más del 63% reconoce un deterioro o estancamiento en su calidad de vida.
Clima social en alerta
El descontento social no sólo se manifiesta en la economía doméstica. La encuesta también muestra que un 64,8% considera que las políticas del Gobierno están profundizando la desigualdad, y un 59,4% cree probable que haya protestas sociales o cacerolazos en el corto plazo.
Aunque el relevamiento no desagrega los datos por provincias, la realidad de Tierra del Fuego no escapa a este contexto. La caída del consumo, el aumento de la pobreza y la paralización de sectores clave como la industria y la obra pública reflejan en lo local el malestar que se percibe a nivel nacional.
El salario, eje de la agenda
En medio del ajuste fiscal, los argentinos parecen tenerlo claro: no alcanza con bajar la inflación si los ingresos siguen congelados o perdiendo frente a los precios. La contundente cifra del 89,3% que reclama mejores sueldos es un mensaje directo, no sólo al Gobierno nacional, sino también a los actores políticos, sindicales y empresarios.
Con las elecciones legislativas en el horizonte, la situación económica se consolida como el principal factor de evaluación política. Y aunque los discursos oficiales insisten en que “lo peor ya pasó”, las cifras y la calle dicen otra cosa.