Javier Milei no dejó lugar a dudas: quiere seguir al frente del país más allá de 2027. Durante una entrevista en el canal de streaming Neura, el presidente fue consultado sobre su futuro político y respondió con contundencia:

“En el ‘27 voy a ser reelecto”, lanzó, confiado, mientras aseguraba que ya piensa reformas para un segundo mandato.

Críticas a Villarruel y al kirchnerismo

El mandatario también volvió a cargar contra su vicepresidenta, Victoria Villarruel, con quien mantiene una fuerte tensión desde hace semanas.

“La traidora dio lugar a una sesión ilegal para que rompan el equilibrio fiscal”, afirmó, en referencia a la votación en el Senado que convirtió en ley un paquete de medidas impulsadas por la oposición, entre ellas un aumento para los jubilados.

En otro tramo, embistió duramente contra el kirchnerismo, al que acusó de ser responsable de gran parte del endeudamiento argentino:

“El 60 por ciento de la deuda es de los kukas. Son una secta, no importa que el dato sea bueno, dicen ‘está todo mal’ y listo”, disparó.

El dólar, Caputo y las críticas económicas

Acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo, Milei también abordó la reciente suba del dólar. Caputo minimizó el tema y aseguró que se trata de una fluctuación normal:

“Argentina no está acostumbrada a que el tipo de cambio flote. Tenemos controlada la cantidad de dinero”.

Milei, por su parte, no dudó en atribuir el movimiento a operaciones políticas:

“Mandan a la basura de Stiglitz a pronosticar el apocalipsis”, dijo en referencia al economista estadounidense, a quien acusó de recibir dinero del kirchnerismo.

“Queremos un país como Estados Unidos”

Frente a las críticas por el ajuste y sus consecuencias sociales, el Presidente defendió su programa económico y su visión a largo plazo:

“Nosotros queremos un país donde el PBI sea de 80 mil dólares como Estados Unidos, pero no se alcanza de un día para el otro”, aseguró.

Con definiciones que apuntan a un segundo mandato, Milei busca consolidar su poder político, profundizar su plan económico y mantener una narrativa de confrontación con los sectores que cuestionan su gestión.