

El Senado de la Nación asestó anoche un nuevo golpe al gobierno de Javier Milei. Por 62 votos afirmativos contra solo 8 negativos, se sancionó la ley que declara la emergencia en pediatría, con especial foco en el Hospital Garrahan, uno de los emblemas de la salud pública argentina.
La iniciativa fue respaldada por una amplia coalición política que incluyó a Unión por la Patria, la UCR, el PRO y bloques provinciales, mientras que el rechazo se redujo únicamente a La Libertad Avanza y a los senadores Francisco Paoltroni y Carmen Álvarez Rivero (PRO).
El texto aprobado fija que el Estado deberá:
Garantizar el acceso efectivo, equitativo y de calidad a la salud pediátrica.
Asegurar el funcionamiento pleno de los hospitales públicos pediátricos.
Recomponer de inmediato los salarios del personal sanitario, incluidos residentes nacionales.
Eximir del pago de Ganancias a quienes realicen actividades críticas, horas extras y guardias en el área pediátrica.
Reasignar partidas presupuestarias del Ministerio de Salud e incluso ampliar recursos con fondos de contingencias sanitarias.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, la recomposición salarial podría demandar $65.573 millones adicionales entre julio y diciembre de 2025.
La discusión en el recinto estuvo atravesada por testimonios personales y cruces políticos.
El senador Luis Juez (PRO) relató que su hija fue paciente del Garrahan:
“La única esperanza que tenemos los padres cuando tenemos criaturas con problemas, la construimos en el Garrahan. No me puedo callar en este tema”.
Desde Córdoba, la senadora Alejandra Vigo ironizó:
“Qué tiempos vivimos que hay que defender lo obvio. Si tratan de justificar este abandono, voy a creer que lo que falla en mi provincia es la salud mental”.
La exgobernadora santacruceña Alicia Kirchner (UxP) fue categórica:
“El futuro del país es nuestra infancia. La timba financiera no repara nada”.
Incluso voces del PRO, como Guadalupe Tagliaferri, marcaron la gravedad de la crisis:
“Gobernar significa reconocer un problema y solucionarlo. No se puede cruzar el límite de escuchar que los chicos no tienen derecho a salud de alta complejidad”.
El resultado expuso nuevamente el aislamiento parlamentario de Milei y la debilidad de su estrategia de gobernar por decretos o imponer agenda sin construir consensos. Con una votación contundente, el Congreso dejó en claro que la salud de los niños no admite ajuste y que la política, incluso en medio de diferencias ideológicas, puede encontrar puntos de acuerdo frente a la inacción del Ejecutivo.