

“El SARS-CoV-2 fue mutando y trayendo nuevas cepas. Hoy circulan subvariantes de Ómicron, como la denominada estatus, que causan más disfonía y dolor de garganta, a diferencia de las anteriores que afectaban sobre todo el olfato”, explicó en FM Del Pueblo.
Randón señaló que estas variantes son más contagiosas, pero no más graves, en parte gracias a que gran parte de la población ya se vacunó. Sin embargo, remarcó que la baja adhesión actual a la vacuna contra COVID preocupa: “Vamos a tener que ponernos todos los años la vacuna contra la gripe y contra el COVID, por la evolución constante de estas variantes”.
El profesional repasó los efectos más comunes que aún persisten en pacientes:
Anosmia (pérdida total del olfato).
Hiposmia (disminución).
Parosmia (distorsión de olores).
Disfonías y alteraciones en la voz.
Hipoacusia súbita, con riesgo de lesiones permanentes en la audición.
Sangrados nasales leves, vinculados a la inflamación de la mucosa.
“Si se da un tratamiento adecuado tempranamente, la mayoría de las secuelas no persisten. El éxito depende del momento de la consulta”, enfatizó.
Randón insistió en que ante cualquier cuadro respiratorio –ya sea gripe, rinitis o dolor de garganta persistente– se debe acudir rápidamente al médico. “La consulta inicial siempre va a traer la posibilidad de generar menores consecuencias a futuro”, dijo.
Además, pidió mantener la conciencia social: reposo, evitar el contacto con otras personas y no enviar a niños enfermos a la escuela para reducir la propagación del virus. “Es más barato prevenir que curar”, subrayó.
Finalmente, el especialista destacó la importancia de la vacunación y el cuidado en esta época del año, cuando proliferan los virus respiratorios: “No solo el COVID puede producir cuadros severos; la gripe también puede derivar en neumonía y requerir internación”.