

De acuerdo al articulado, el cálculo de recursos y gastos asciende a 2,23 billones de pesos, de los cuales 2,20 billones corresponden a gastos corrientes (sueldos, funcionamiento del Estado, servicios y deuda) y apenas 118 mil millones a gastos de capital (inversión en obra pública e infraestructura).
Esto significa que el 98,68% del presupuesto se destina al sostenimiento del aparato estatal, mientras que solo el 1,32% se orienta a inversiones que puedan generar desarrollo productivo o infraestructura de largo plazo.
Según lo presentado:
Administración gubernamental: $578.800 millones.
Servicios de seguridad: $109.212 millones.
Servicios sociales: $1,42 billones (la mayor parte, entre salud, educación y asistencia).
Servicios económicos: $155.812 millones.
Deuda pública: $13.914 millones.
Mientras la mayor parte de los recursos se destinan a sostener la estructura estatal, el bajo nivel de inversión podría comprometer el crecimiento a futuro.
El proyecto ahora deberá ser analizado por la Legislatura, donde se espera un fuerte cruce político entre quienes defienden el esquema de continuidad y quienes cuestionan la falta de apuesta a la producción y la infraestructura.