

La industria acuícola en Tierra del Fuego avanza hacia un nuevo capítulo con la producción de mejillones en el Canal de Beagle. Fabio Delamata, gerente de Newsan Food, destacó el alcance del proyecto en marcha y subrayó la importancia de trabajar junto al Conicet para garantizar bases sólidas en el desarrollo de esta actividad.
“Estamos trabajando con el instituto de ciencia más importante de la Argentina, el Cadic-Conicet, en una campaña de 12 meses que nos permitirá contar con datos de salinidad, temperatura, larvas y fitoplancton. Eso le da seriedad y seguridad al negocio, por lo cual no te tirás tanto a la pileta”, sostuvo Delamata en diálogo radial con FM Master´s,.
La empresa ya cosechó unas 150 toneladas de mejillones y estima que otras 350 toneladas permanecen en proceso de engorde en el agua. Sin embargo, el consumo interno aparece como un límite. “El mejillón en Argentina no se consume mucho, más que nada por falta de difusión. Es un producto catalogado como gourmet, pero en realidad puede formar parte de miles de comidas sencillas. Tiene un omega-3 buenísimo y es una proteína de altísima calidad”, explicó.
Ante esta situación, el plan de Newsan apunta a los mercados internacionales. “La exportación tiene que salir rápidamente. Mercados hay muchos, aunque con exigentes barreras fitosanitarias. El gran desafío es ofrecer continuidad, calidad y precio estable. En el exterior no podés decir ‘hoy tengo, mañana no’”, advirtió el gerente.
El proyecto ya demandó más de 10 millones de dólares en líneas de cultivo, embarcaciones y un hub operativo en Puerto Almanza, y prevé un desembolso total de 17 millones. La estrategia empresarial se complementa con el acompañamiento de la Secretaría de Pesca y la investigación científica del Conicet, que en octubre culminará una serie de doce campañas de prospección en el Canal de Beagle.
En ese sentido, Delamata remarcó la necesidad de preparación logística para abastecer de forma constante a potenciales compradores. “Salir al exterior es un plan que no será de un día para otro, pero cuando lo hagamos tenemos que estar totalmente solventes. En todos los lugares donde ya lo ofrecimos, el producto volvió a ser comprado y eso nos da fuerza”, destacó.
El desafío no se limita a abrir mercados, sino a generar una alternativa productiva para Tierra del Fuego. La iniciativa busca sustituir importaciones —hoy Argentina consume entre 300 y 400 toneladas anuales de mejillones, todas provenientes de Chile— y crear empleo en la región más austral del país.
“Este proyecto significó mucha inversión y, sobre todo, es un proyecto biológico, donde no hay nada asegurado. Por eso hay que ser constantes y muy consecuentes, con mucho trabajo. Creemos que vamos a devolverle a la comunidad con creces todo lo que estamos haciendo”, concluyó Delamata.