

Según se pudo saber, la casa —habitada por una mujer y tres menores de edad pertenecientes a la comunidad gitana— recibió al menos ocho disparos que impactaron principalmente en la zona de la ventana del comedor. En ese momento había personas en el interior, lo que elevó el riesgo de que el ataque provocara heridos. Afortunadamente, no se registraron víctimas, aunque los daños materiales fueron significativos.
Personal de Delitos Complejos y peritos de la policía trabajaron en el lugar levantando casquillos y relevando el área. La vivienda, de material y cercada, mostró daños visibles en los vidrios producto de los disparos.
La investigación incluye la recolección de testimonios de vecinos y el análisis de cámaras de seguridad cercanas, tanto privadas como de la vía pública, con el objetivo de identificar al vehículo y al autor del ataque. En paralelo, se implementaron controles en los accesos de la Margen Sur para evitar la fuga de los responsables.
El hecho estaría vinculado a un posible conflicto previo y se investiga si la familia afectada había recibido amenazas en los días anteriores. La policía mantiene hermetismo sobre el avance de las pesquisas mientras continúa el operativo de búsqueda.