

En una entrevista radial con FM Master´s, el economista Federico Rayes, de la consultora Ecotono, realizó un detallado análisis sobre la situación de la deuda argentina. Aclaró que existe una confusión frecuente sobre su magnitud y composición, y sostuvo que, en comparación con otros países, el país no está sobredimensionado en términos de endeudamiento.
“Argentina no tiene un problema muy importante de deuda. Corremos el riesgo de ahogarnos en un vaso de agua, porque en comparación con otros países estamos poco endeudados”, señaló.
Rayes explicó que la deuda debe observarse bajo dos parámetros: por moneda y por acreedor. En ese sentido, indicó que el stock total representa entre el 80 y 85% del PBI —unos 420.000 millones de dólares—, de los cuales aproximadamente 255.000 millones corresponden a deuda externa. “El total con acreedores externos alcanza nada más que entre el 20 y el 23% de nuestro PBI”, precisó.
El especialista remarcó que “no es menos importante la deuda en pesos o la que se tiene con privados internos que la que se mantiene con organismos internacionales. Todo hace a la reputación de la economía y a que la deuda se vuelva más barata o más costosa”.
Sobre la evolución reciente, destacó que en 2024 la deuda total cayó del 155% del PBI al 83%, en un contexto recesivo. La deuda externa, en tanto, se redujo del 59% al 23% del PBI. “La discusión está clarísima: el nuevo gobierno lo que está haciendo es disminuir la deuda. El Estado comienza a tener superávit fiscal y lo utiliza para pagar compromisos, evitando seguir endeudándose”, subrayó.
Rayes recordó que gran parte de la baja también respondió al salto cambiario de diciembre, cuando el tipo de cambio pasó de 350 a 850 pesos por dólar. “Esa variación implicó que la deuda en pesos se achicara notablemente en términos de dólares”, detalló.
Finalmente, recomendó seguir de cerca los informes de la Oficina de Presupuesto del Congreso, que mensualmente actualiza los números de la deuda pública. Y concluyó: “Los indicadores muestran que en 2024 la deuda fue cayendo. El desafío es sostener ese esquema con superávit fiscal, porque la deuda es dinámica y cambia todo el tiempo”.