

La industria textil atraviesa un panorama delicado en todo el país y Tierra del Fuego no es la excepción. Según datos de la Cámara Fueguina de la Industria Nacional, en la provincia se perdieron alrededor de 500 empleos en los últimos meses y hoy sobreviven apenas cinco fábricas de las once que había en funcionamiento. “Desde 2021 vivimos en una situación de incertidumbre total, es muy difícil planificar producción así”, afirmó Alberto Garófalo, presidente de CAFIN, en conversación con FM Provincia
El dirigente confirmó que la empresa Fabrisur, junto con el sindicato AOT, resolvió suspender actividades hasta el 24 de septiembre por falta de trabajo. “El problema es que la demanda no tracciona. Ante la falta de ventas, hay que evitar acumular stock porque sería un desastre financiero”, explicó. Actualmente se mantienen en pie unos 650 puestos de trabajo en el sector fueguino, que además enfrenta la competencia de productos importados y una fuerte presión impositiva.
Garófalo advirtió que la aplicación del decreto 594 por parte de la Aduana complica aún más a las compañías: “Se les está aplicando un cupo en pesos no actualizable, con lo cual los beneficios no alcanzan a cubrir. El año pasado no llegaron a tres meses; este año, con suerte, alcanzan 40 o 45 días. Es como estar sin beneficios”. Las empresas, según indicó, ya impugnaron las liquidaciones y evalúan nuevos amparos judiciales para poder continuar operando. “Si mañana se dispone que las cauciones son inválidas, las cifras serían astronómicas y algunas empresas directamente quebrarían”, advirtió.
Sobre la importación de textiles, sostuvo que la caída del consumo no puede atribuirse únicamente a la apertura comercial: “Hay una caída de demanda incluso para lo importado. Algunos traen de China a precios ridículos, pero con calidad muy baja. El consumidor se va a dar cuenta que le sale caro porque no le dura”.
Respecto al vínculo con el Gobierno nacional, Garófalo admitió que las gestiones realizadas no logran respuestas. “Elevamos permanentemente planteos, pero no estamos teniendo mucho eco”, señaló, y planteó la necesidad de un frente común con la industria textil del resto del país para defender puestos de trabajo. También reclamó medidas de alivio fiscal y recomposición salarial para sostener la demanda: “La carga impositiva hace muy difícil ser competitivos y sin salarios que traccionen la demanda, no hay salida”.
Finalmente, se refirió al Fondo para la Ampliación de la Matriz Productiva (FAMP), que concentra unos 260 millones de dólares, y destacó que si bien hay proyectos aprobados para empresas como Río Chico, Electrofueguina, BGH, Radio Victoria, Newsan y Mirgor, no se conoce el destino preciso de esos recursos. “No sabemos qué inversiones ya están aprobadas ni cuánto desembolsó el fideicomiso. Es un dato que no tenemos”, concluyó.