

RIO GRANDE.- Este fin de semana, Bariloche vivió un evento profundamente emotivo y convocante con la inauguración del Museo Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, ubicado estratégicamente en la costanera del lago Nahuel Huapi, a pocos metros del Centro Cívico. La ceremonia fue un vibrante homenaje a los héroes del Atlántico Sur, a 43 años de la gesta, y contó con la asistencia de una multitud que se calcula en 10.000 personas.
El acto fue encabezado por el gobernador Alberto Weretilneck, la jefa de Gabinete del Ministerio de Defensa de la Nación, Luciana Carrasco, y altas autoridades militares. La emotividad del evento se amplificó con la instalación de un caza Mirage III EA, un histórico protagonista de la Guerra de 1982 que ahora se alza como un solemne símbolo de valor y sacrificio.
Un poema que abrazó a los Veteranos
Más allá de los discursos y el ceremonial, hubo un momento significativo y fue la lectura e inclusión de un poema de la escritora fueguina Mirtha Aracena. El brigadier Ricardo Cappabianca, secretario general de la Fuerza Aérea Argentina, reveló que se le entregó una copia del poema a cada uno de los excombatientes y a las autoridades del Ministerio de Defensa. "Con tus líneas, tu pluma, fue entregado uno a cada uno de los veteranos que estuvieron en la inauguración del monumento", le comunicó a la autora.
En diálogo con este medio, la poeta de Río Grande, Mirtha Aracena, compartió su profunda emoción. "Para mí significó un momento de enorme orgullo. Que mi poema 'El avión supersónico' haya sido entregado en el marco de la inauguración del Museo fue un reconocimiento profundo a mi palabra poética como herramienta de memoria". Y agregó, con la voz entrecortada: "Sentí que en cada verso no solo estaba mi voz, sino la de nuestro pueblo argentino. Cuando se les entregó las copias a cada veterano y a sus familias, fue como devolverles un abrazo en palabras, un homenaje vivo para quienes ofrendaron tanto".
"EL AVIÓN SUPERSÓNICO"
A orillas del Nahuel Huapi reposa,
silencioso y eterno guardián,
un avión supersónico que alguna vez
surcó los cielos en la Guerra de Malvinas.
No es sólo metal ni alas detenidas,
es memoria, es patria,
es el eco de los que volaron sin miedo,
dejando en cada vuelo su vida entera.
Apunta hacia las islas,
como si aún buscara volver,
como si en su fuselaje quedara grabado
el rumbo de la esperanza argentina.
Allí, frente al lago y a la cordillera,
su presencia conmueve,
porque no se trata de un arma,
sino de un testimonio de amor y entrega.
Que cada visitante lo mire con respeto,
que cada niño lo recuerde con orgullo,
porque en esas alas inmóviles late todavía
el valor inmenso de nuestros héroes.
El significado del Mirage en la gesta de 1982
La presencia del Mirage en este nuevo espacio tiene un significado histórico especial. Estos cazas supersónicos, orgullo de la Fuerza Aérea Argentina en los años setenta y ochenta, desempeñaron un rol clave durante el conflicto. Conocidos como los “Cazadores del Aire”, sus pilotos llevaron adelante acciones de altísima complejidad, volando al límite de la autonomía de combustible y enfrentando a los aviones Harrier británicos en condiciones de desventaja tecnológica. El Mirage III en Bariloche no solo recuerda a quienes volvieron, sino también a quienes dieron su vida en el Atlántico Sur.
Un espacio para la educación y la memoria colectiva
El nuevo edificio del museo, ubicado junto al avión, es un espacio de encuentro y aprendizaje que busca ir más allá de la mera narrativa bélica. Propone un recorrido por más de cinco siglos de historia, incluyendo muestras sobre la Antártida y el derecho argentino sobre las islas, con un fuerte eje educativo. Con la asistencia de más de 150 veteranos de distintas provincias, la inauguración se convirtió en un puente entre generaciones, reafirmando el compromiso de la sociedad argentina con la causa de Malvinas.