

El reconocido médico psiquiatra y psicoanalista Santiago Levin, presidente de la Asociación de Psiquiatras de América Latina (APAL), brindó un mensaje contundente en la antesala del Tercer Congreso Internacional de Prevención del Suicidio, que se realizará el 17 y 18 de septiembre en Río Grande, con una extensión el 19 en Ushuaia.
Levin destacó la trascendencia de que el tema sea tomado por el Estado local y puesto en el centro del debate comunitario:
“No es un congreso de especialistas que se encierran a discutir, sino un evento público, abierto a todas las fuerzas vivas de la comunidad. Eso es como debería hacerse siempre”.
El psiquiatra vinculó la crisis social actual con el impacto directo en la salud mental:
“Estamos asistiendo a un periodo negro, donde vemos recortados todos los días derechos adquiridos, como el derecho a la salud. La salud pública es el brazo sanitario de la equidad social, sin ella no existe justicia social”.
Consultado sobre la necesidad de hablar abiertamente del suicidio, Levin fue categórico:
“Prevenir es preguntar. El silencio no salva vidas, preguntar y contener sí. La palabra es el primer paso, y es indispensable”.
Además, cuestionó la tendencia de redes sociales y medios a evitar el término:
“El algoritmo banea la palabra suicidio, como si esconderla nos protegiera. Al contrario: debemos poder pronunciarla con libertad, sin temores, para hablar del problema de manera sincera y directa”.
En relación a la situación nacional, Levin alertó sobre el desfinanciamiento de las políticas públicas y lo calificó de “contracultural” en comparación al esfuerzo local en Tierra del Fuego:
“Tenemos un gobierno nacional que desfinancia hospitales, que corta presupuestos del Garrahan, del Malbrán, del CONICET. En este contexto, el abordaje comunitario y estatal que se impulsa en Río Grande es fundamental”.
El especialista también remarcó la dimensión del problema:
“El suicidio es la segunda causa de muerte en menores de 25 años después de los accidentes. Cada suicidio consumado implica 10 o 20 tentativas más. Es una problemática transversal que no reconoce clases sociales”.
Finalmente, envió un mensaje de esperanza:
“La esperanza es un insumo fundamental para la salud mental. Necesitamos preguntarnos qué condiciones de vida pueden ofrecernos un horizonte de futuro y sentido”.
Con un congreso que promete reunir a miles de personas —el año pasado alcanzó al 6% de la población de Río Grande—, Levin sintetizó el espíritu del encuentro:
“El invitado más importante no somos los especialistas. El invitado más importante es la comunidad”.
El desafío es enorme y no admite indiferencia. El mensaje de Santiago Levin deja claro que la prevención del suicidio no es tarea exclusiva de especialistas, sino un compromiso colectivo. La comunidad fueguina tiene ahora la oportunidad de ser protagonista: abrir la palabra, escuchar, acompañar y participar. Ser parte del Congreso es también ser parte de una transformación cultural que puede salvar vidas.