

Por: Ramón Taborda Strusiat
La ciudad de Rosario fue escenario del X Congreso Internacional de Escritores y Lectores por el Líbano, organizado por el CEDRAL (Centro de Documentación y Estudios sobre el Líbano). Entre los invitados estuvieron la escritora Elba Nimer y su hija, la periodista Juliana Cuenca Nimer, quienes llevaron la voz de Tierra del Fuego y recordaron el aporte de los inmigrantes libaneses en la construcción social, económica y cultural de la provincia.
Durante el encuentro, Juliana abrió la presentación con un poema dedicado a la isla como “tierra de acogida”, evocando la experiencia de quienes llegaron desde Medio Oriente para echar raíces en el fin del mundo. “Más que datos, quise transmitir emociones: cómo nos sentimos como fueguinos y lo que ellos sintieron al llegar”, explicó.
Elba, por su parte, compartió testimonios históricos de familias pioneras como los Fadul, los Salomón y los Raful, destacando el rol que tuvieron en la vida cotidiana y en el desarrollo de las comunidades locales.
Los Fadul. Sus comercios en Ushuaia fueron punto de encuentro de vecinos y hasta de presos de la cárcel, entre ellos Ricardo Rojas y Honorio Pueyrredón. El recordado Barcleit Fadul recibió de Simón Radowitzky un baúl tallado a mano, pieza hoy exhibida en el Museo de Ushuaia. La familia también aportó a la fe, la salud y la educación: desde la donación del altar mayor de la Iglesia, hasta la creación del primer cuartel de Bomberos Voluntarios y la dirección de la Escuela Nº 1.
Los Salomón. Reconocidos por sus comercios y su cercanía con la comunidad, llegaron a establecer lazos de amistad con internos de la cárcel, quienes les obsequiaban artesanías. Su historia refleja cómo los inmigrantes tendieron puentes en una ciudad aislada y con condiciones extremas.
Los Raful. Vinculados a la actividad ganadera, abastecieron a distintas localidades y fueron clave en el comercio regional, extendiendo su influencia desde Ushuaia hasta Río Grande y Tolhuin.
“Cada comunidad debería rescatar la memoria de sus pioneros. Cada aporte forma parte de nuestra identidad”, subrayó Juliana Cuenca Nimer.
La participación de madre e hija fueguinas conmovió al auditorio y abrió la posibilidad de que la próxima edición del congreso se realice en Irlanda. Para Elba, el desafío es claro: “En Tierra del Fuego a veces creemos que la historia empieza con los últimos que llegan. Rescatar las huellas de quienes vinieron antes es fundamental para comprender quiénes somos”.
Ambas coincidieron en que esta décima edición fue “la más sólida en calidad y organización”, y la valoraron como un espacio de memoria viva que conecta generaciones y comunidades.
El concejal riograndense Jonatan Bogado (Provincia Grande) acompañó la representación fueguina con un presente simbólico: un mate confeccionado en arcilla de la isla por una artesana local. Junto al obsequio, envió un mensaje en el que destacó el papel de Elba y Juliana como “hijas de nuestra ciudad que honran a los pioneros libaneses en el extremo sur”.
“El mate fueguino simboliza el encuentro entre culturas, la hospitalidad y la memoria compartida que trasciende fronteras”, señaló el edil, quien celebró la presencia de la provincia en un ámbito internacional de intercambio cultural.