

La decisión fue comunicada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien aseguró que la medida busca “dar previsibilidad y sostener el programa económico” en un contexto de creciente presión cambiaria. El anuncio llega a semanas de las elecciones legislativas y fue leído en clave electoral: una señal al campo y al mercado financiero para reforzar reservas del Banco Central y evitar que la disparada del dólar profundice la crisis.
El beneficio regirá de manera excepcional durante poco más de un mes y alcanzará a todos los cultivos, desde la soja hasta el maíz, el trigo y la cebada. La expectativa oficial es que el sector agroexportador acelere ventas al exterior, generando un ingreso de divisas que permita oxigenar al BCRA, que ya perdió más de USD 1.100 millones en tres días para contener al dólar.
Aunque la medida se presenta como una herramienta técnica, el contexto no deja dudas: la eliminación de retenciones opera también como un gesto electoral hacia el agro, históricamente enfrentado con distintos gobiernos nacionales y clave en provincias donde el oficialismo busca mejorar sus resultados en octubre.
“La vieja política busca generar incertidumbre para boicotear el programa de gobierno. Al hacerlo castigan a los argentinos: no lo vamos a permitir”, escribió Adorni en redes sociales, en un mensaje que buscó darle un marco político al anuncio.
En la Casa Rosada reconocen que no hay margen para errores: necesitan dólares frescos para sostener el plan económico y llegar a las elecciones con cierta calma cambiaria. La apuesta es que, al eliminar las retenciones por un período corto, se multiplique el ingreso de divisas y se logre un respiro en la tormenta económica que ya golpea de lleno a los hogares.