

“El desafío es que la policía esté un paso adelante del delito; así la Justicia recibirá menos causas y con investigaciones de mayor calidad”, sintetizó en su columna semanal por Radio Universidad 93.5.
Para Cesari Hernandez, el cambio no debe limitarse a estructuras internas sino al modelo de investigación. Propone reemplazar las declaraciones mecanografiadas por registros audiovisuales, fortalecer peritajes y asegurar la cadena de custodia. El sistema se organizaría en tres niveles: básico (primeras actuaciones), avanzado (análisis de pruebas) y direccional (conducción del caso).
“La investigación debe ser policial y profesional: evidencia, no tipeos”, afirmó.
El proyecto prevé una escuela única de formación, con especialización temprana en seguridad, pericias o ciberdelito. Plantea menos internado y más capacitación académica y tecnológica, junto con un plan de carrera con evaluación permanente, asistencia social y salarios dignos.
“La policía no puede ser la salida de quien no consigue trabajo; es vocación de servicio”, remarcó.
Otra de las innovaciones es unificar oficiales y suboficiales en un solo cuerpo jerárquico. El objetivo: clarificar funciones, eliminar inequidades salariales y establecer ascensos meritocráticos con exigencias formativas equivalentes.
El ex juez también propone racionalizar el empleo del armamento. Sostiene que no todas las áreas necesitan portar armas de fuego en forma permanente y que deben incorporarse tecnologías no letales para operativos en espacios cerrados o masivos. “Un policía armado es como un médico con bisturí: no todos lo usan. El equipamiento debe responder a la tarea”, ejemplificó.
Según el esquema, los ciudadanos verían más prevención y respuestas más rápidas, investigaciones más sólidas, menor saturación judicial y un trato más profesional en comisarías y operativos.
Reforma paralela de policía y proceso penal.
Investigación profesional y escalonada.
Escuela única con especialización temprana.
Carrera y salarios dignos.
Escalafón único con jerarquías claras.
Digitalización de registros y pruebas.
Uso racional de la fuerza y expansión de armas no letales.
La implementación prevé un marco normativo renovado, la creación de la escuela única, el rediseño del escalafón y la incorporación de tecnología para registros digitales, laboratorios forenses y software de gestión de casos. La transición incluiría capacitaciones y concursos internos para reordenar funciones.
“Escuela única y especialización temprana: menos internado, más academia”, “un solo escalafón corrige inequidades y ordena la función” y “armas según la tarea y más tecnologías no letales”, fueron algunas de las frases que marcaron la presentación de su propuesta.