

El presidente Javier Milei volvió a colocarse en el centro de la escena internacional con un discurso cargado de críticas hacia la Organización de las Naciones Unidas (ONU), durante su intervención en la 79° Asamblea General en Nueva York.
Con un tono desafiante, sostuvo que el organismo se ha desviado de su misión fundacional y alertó: “No acompañaremos nunca el cercenamiento de libertades individuales, comerciales, ni la violación de los derechos naturales de los ciudadanos de los Estados miembro”.
Milei recordó que el año pasado había reclamado un regreso a las “ideas de la libertad”, y en la misma línea denunció que la ONU reemplazó su modelo original de cooperación entre Estados por un “gobierno supranacional de burócratas internacionales”.
“El exitoso modelo que hablaba de la necesidad de paz sin victoria fue reemplazado por un sistema que busca imponer a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado”, enfatizó.
El mandatario reconoció la importancia de la cooperación global en temas comunes, pero reclamó limitar las agendas del organismo: “Creemos en el fin original de este organismo… pero debemos rechazar las extralimitaciones que a menudo acompañan a las agendas nobles”.
En otra parte de su intervención, Milei cuestionó lo que llamó la “comodidad” de la política global y denunció la falta de voluntad para asumir costos en favor de transformaciones de largo plazo.
“El mundo entero parece estar estancado en el confort del presente, incendiando el futuro para mantener caliente el presente”, advirtió, en una metáfora que buscó interpelar a líderes mundiales.
Además, acusó a los Estados contemporáneos de haber iniciado una dinámica “difícil de revertir”, donde los incentivos tanto de los políticos como de las sociedades están puestos en repartir la riqueza existente en lugar de generar la del mañana.
El mensaje de Milei en la ONU se dio en el marco de su duodécimo viaje a Estados Unidos desde que asumió la presidencia, un dato que refleja la centralidad que le otorga a la relación con Washington y su objetivo de proyectar un liderazgo disruptivo en foros internacionales.
Con sus declaraciones, el presidente argentino volvió a posicionarse como un crítico abierto de los organismos multilaterales, defendiendo el ideario libertario frente a las instituciones que, a su entender, condicionan la soberanía de los Estados y la libertad de los individuos.