

La dirigente gremial Dora Sánchez, referente de la Unión de Empleadas Domésticas en Tierra del Fuego, describió un panorama de fuerte precarización que atraviesan las trabajadoras de casas particulares en la provincia. En diálogo con FM Del Pueblo, advirtió que todavía no hubo convocatoria a paritarias nacionales y que el último aumento —vigente en septiembre— será el que se cobre en octubre.
“La certeza que hay es que no hay lugar físico para la comisión, y que la persona que tiene la firma para autenticar la paritaria termina en octubre. Es una incertidumbre total”, afirmó.
Sánchez cuestionó que los salarios fijados en la escala nacional resultan insuficientes frente al costo de vida. “¿Qué compañera puede trabajar por 3.700 pesos la hora? No le alcanza ni para el boleto”, señaló.
A esto se suma el impacto de la informalidad: muchas trabajadoras no están registradas, lo que les impide acceder a beneficios como el descuento en la tarjeta SUBE. “Las que trabajan en varias casas terminan gastando casi todo en transporte”, explicó.
La referente denunció que en muchos casos los empleadores no entregan recibos de sueldo en tiempo y forma, y que los aportes previsionales se pagan con demoras que generan deudas e intereses. “El recibo se tiene que entregar en tiempo y forma. Si los aportes se hacen tres o cuatro meses después, eso complica mucho a las compañeras”, subrayó.
Si bien existe la opción de abonar por débito automático, lo que garantizaría cumplimiento inmediato, “muy pocos empleadores lo implementan”, remarcó.
Respecto a denuncias de acoso, Sánchez aclaró que en Río Grande no han registrado casos recientes de acoso sexual, aunque sí de violencia laboral. “La violencia que ejercen es no pagarte cuando corresponde, no reconocer aumentos o no entregar los bonos”, sostuvo.
También cuestionó la falta de compromiso de profesionales del derecho y contadores: “Es más fácil decir ‘no sabía’, pero tienen que saber. Hay información pública del sindicato que es la UPAC, que está a cargo de la obra social”.
Sánchez valoró el acompañamiento del Centro Integral de la Mujer y los centros municipales de salud, que brindan atención sin requerir autorizaciones burocráticas. “Las compañeras de Río Grande tienen esa ventaja, que no existe en Ushuaia”, indicó.
Asimismo, destacó la solidaridad entre trabajadoras en un contexto económico difícil. “El grupo no es figurar en una foto, el grupo es estar, acompañarnos, escuchar, llorar juntas y volver a barajar. Eso es la Unión de Empleadas Domésticas: apoyo mutuo”, expresó.
Finalmente, agradeció el espacio de los medios que difunden la problemática del sector: “Yo tengo la tranquilidad de poner la cara y que nadie me pueda cuestionar, porque lo mío es así. Soy políticamente incorrecta y me aceptan como soy”, cerró.