

La decisión de Mercado, dirigida al presidente del partido Gastón Porfirio, se conoce en un momento de fracturas y realineamientos dentro del frente libertario provincial, integrado por Republicanos Unidos, el Partido Libertario y el PRO.
“El partido ha sucumbido a las mismas prácticas opacas y personalistas que criticamos en su origen, priorizando intereses individuales y sectoriales por encima del bien común”, sostuvo Mercado en su nota de renuncia.
El dirigente, que había acompañado la conformación del espacio liberal dentro del frente libertario, señaló que el rumbo adoptado “traiciona los principios fundacionales” y cuestionó la falta de coherencia entre el discurso y las acciones partidarias.
En un segundo escrito, fue más tajante al referirse a la injerencia religiosa dentro del espacio:
“Es inaceptable la influencia predominante de la iglesia evangélica en el funcionamiento del partido, lo cual genera una percepción social negativa en Río Grande. Esta identificación, lejos de enriquecer el espacio, lo aleja de su aspiración a gobernar con amplitud y neutralidad, perjudicando su atractivo electoral.”
Mercado también reveló que sus advertencias previas fueron desoídas:
“Cuando lo plantee, no se quiso entender y se hizo exactamente lo contrario.”
A pesar de su salida, el dirigente sostuvo su compromiso con una renovación ética en la política:
“Creo que hay mucha gente íntegra, dispuesta a participar en una renovación ética frente a la política rancia y corrupta que ha deteriorado la vida pública en Argentina.”
La renuncia de Mercado reaviva las tensiones internas de La Libertad Avanza en Tierra del Fuego, donde se acumulan disputas por la representación local, las estrategias de armado y la conducción del espacio frente al año electoral.
Con este nuevo episodio, el frente liberal fueguino —que alguna vez se presentó como alternativa de transparencia y renovación— atraviesa su etapa más crítica, marcada por rupturas, acusaciones cruzadas y una creciente pérdida de cohesión política.