

RIO GRANDE.- La realidad de las escuelas públicas de Tierra del Fuego encendió todas las alarmas justo cuando se palpita la finalización del ciclo lectivo 2025. Los números son categóricos y muy preocupantes y subrayan que de los 178 días de clase estipulados en el calendario oficial (el Ministerio agregó una semana de vacaciones de invierno porque hacía mucho frío), la gran mayoría de los pibes apenas tuvo entre 21 y 72 días efectivos de cursada. En definitiva, la provincia no logrará completar ni siquiera la mitad de las jornadas escolares anuales.
La provincia fueguina tuvo el récord de que ningún colegio público completara el ciclo con normalidad. Solo un puñado de establecimientos rozó los 100 días de asistencia, y aún así, la mayoría de esas jornadas estuvieron afectadas por las famosas "desobligaciones" docentes. Esto se suma a que, actualmente, el 80% de las escuelas necesita reparaciones y solo el 31% estaba en condiciones de arrancar las clases.
El círculo vicioso: Desobligaciones y escuelas en ruinas
El principal mecanismo que le puso un freno de mano al dictado de clases fue la modalidad adoptada por el gremio estatal SUTEF que son las denominadas “desobligaciones”. Bajo esta figura, los docentes asistieron a las escuelas, pero se abstuvieron de impartir contenido. Los chicos se quedaron en las aulas sin un educador al frente, convirtiendo las jornadas en tiempo muerto y en una pérdida irrecuperable de contenidos fundamentales.
A este conflicto gremial se le suma un panorama de infraestructura desolador. Hay escuelas destrozadas, con aulas sin gas, sin calefacción, techos que se caen, baños clausurados y sistemas eléctricos deficientes y expuestos. En definitiva, la provincia cuenta con escuelas en ruinas.
La situación de caos edilicio y gremial ya se arrastra hace tiempo. El ministro Pablo López Silva lleva casi dos años en el cargo y el gobernador Gustavo Melella seis, pero el resultado a la vista es que la provincia cuenta con escuelas destruidas, docentes abandonados y pibes sin futuro.
Un deterioro recurrente que pasa factura
La alarmante situación del ciclo 2025 es un triste eco de lo ocurrido en el año anterior, lo que profundiza el daño sistémico. Los docentes de nivel medio ya están viendo las consecuencias.
Según especialistas, los alumnos llegan al siguiente nivel sin poder interpretar textos, resolver ecuaciones básicas o manejar conceptos primarios. Además, presentan serias dificultades en pautas de conducta y convivencia.
Un informe de Unicef ya había advertido que las interrupciones prolongadas aumentan las desigualdades y afectan principalmente a los niños en situación de vulnerabilidad. La ausencia del aula va más allá de lo académico: implica la falta del sostén que brinda la escuela en términos de pautas sociales e igualdad.
La educación fueguina está ahora ante un llamado urgente a las autoridades a priorizar el sistema, dado que las generaciones futuras están sufriendo un daño pedagógico significativo por la falta de un calendario escolar que se cumpla de manera efectiva y sostenida.