En Tierra del Fuego, la delgada línea que divide la política y los negocios vuelve a desdibujarse en plena campaña electoral. El empresario Fernando Gliubich, exdirector de Terra Ignis y actual titular de Big Tools S.R.L., la compañía que ha obtenido las licitaciones más abultadas de la Dirección Provincial de Energía (DPE) y la Dirección Provincial de Puertos (DPP), comenzó a organizar encuentros políticos en apoyo directo a los candidatos del oficialismo provincial.

Este salto del contratista al operador político se produce a pocas semanas de las elecciones del 26 de octubre, cuando el frente Fuerza Patria intentará sostener la mayoría fueguina con Agustín Tita y Paola Mancilla como postulantes a Diputados, y Cristina López y Federico Runín como aspirantes al Senado.

Historial de adjudicaciones

La trayectoria reciente de Big Tools S.R.L. es la vedette en los concursos provinciales, donde sus adjudicaciones se multiplicaron hasta concentrar una porción significativa de los contratos más costosos.

Solo en septiembre de este año, la DPP preadjudicó a la firma, como único oferente en el renglón 2 para maquinaria pesada, un contrato por el equivalente a USD 119.400 (cerca de $169 millones al cambio actual). Este no es un caso aislado. Los registros de la Provincia muestran que la empresa tiene un historial recurrente de grandes contratos:

En 2021, un decreto provincial le asignó más de $12,6 millones por provisión de equipos.

En 2024, consiguió otro contrato por $1,12 millones a través de una compra directa.

Mientras se lleva el grueso de los contratos de maquinaria en el Puerto, su presencia en la DPE también es constante, participando de manera reiterada en concursos de servicios y provisiones.

La militancia se terceriza

Big Tools no es una empresa desconocida para la gestión del gobernador Gustavo Melella. En los últimos años, sus adjudicaciones se multiplicaron, muchas veces con montos que superan ampliamente las estimaciones iniciales, pero que, aun así, terminaron en manos de la misma firma.

Ahora, el empresario detrás de esta estructura aparece encabezando encuentros políticos en la ciudad, un movimiento que, aunque no es nuevo, sorprende por su escala. La logística, los recursos y la organización detrás de estas reuniones sugieren que, como reza el dicho, "nada es gratis" y que la militancia, en tiempos de crisis, también se terceriza.

En este escenario, las fronteras entre empresarios, funcionarios y campañas se vuelven difusas. En Tierra del Fuego, cada licitación, cada contrato millonario y cada gesto político parecen ser parte de un mismo tablero de ajedrez donde el poder se construye, se financia y, tarde o temprano, se retribuye. La empresa que vendía maquinaria al Estado hoy se transformó en una estructura política en expansión, donde el interés público y el privado parecen dos caras de la misma moneda.