USHUAIA.- Se profundiza el mal clima en el ámbito municipal de esta ciudad, donde los trabajadores contratados denuncian una combinación explosiva que combina falta de pago de dos meses y presiones políticas indebidas a días de las elecciones.
La mayoría de los afectados son jóvenes empleados bajo la modalidad de monotributo que, además de la precariedad contractual, no perciben sus haberes desde hace 60 días. Para colmo, el desmanejo económico se vio acompañado de una maniobra que desató bronca y preocupación que se traduce en lo que sería una presunta orden emanada desde la Jefatura de Gabinete, que instruiría a los coordinadores de área a armar listados que detallen el nombre de los agentes y su supuesta intención de voto.
"Te están pidiendo que les digas a quién vas a votar. No te queda otra que decir que vas a votar al oficialismo, porque si no, te rajan", relató un trabajador que se abrió con la prensa, pero exigió la reserva de su identidad por el temor latente a quedarse sin su fuente laboral. "Es una vergüenza que te hagan pasar por esto", remarcó con visible indignación.
De acuerdo con varios testimonios que saltaron a la luz en estas horas, los jefes de sector habrían recibido la directiva de apuntar quiénes le darían el voto al oficialismo y quiénes no. Una práctica que los empleados tildaron de "impresentable y completamente fuera de lugar". "La gente termina mintiendo por miedo, solo para conservar el laburo. Es una amargura", se sinceró otro de los damnificados.
La situación se volvió más tensa en las últimas jornadas. Los contratados de diferentes dependencias aseguran que fueron visitados por funcionarios municipales. En esas recorridas, no solo se les exigió la firma de nuevos contratos, sino que también se les tomaron fotografías con fines de difusión proselitista. "Nos hacen firmar papeles y se sacan fotos, ¡pero hace dos meses que no nos pagan! Es una falta de respeto total", coincidieron varios.
El panorama para el personal que debe afrontar el pago del monotributo y sus gastos personales ya no da para más, aseguran. A pesar del incumplimiento, siguen laburando, aunque con la sangre en el ojo. La amenaza de un cese de tareas es real. "Muchos ya avisaron que si no pagan este mes, no vuelven a trabajar", advirtió uno de ellos, anticipando un posible paro de brazos caídos.