El director del HRU, Carlos Guglielmi, explicó que el caso requirió la máxima coordinación entre el hospital local, especialistas de Buenos Aires y los servicios de terapia intensiva pediátrica. “El niño ingresó a la guardia con dificultad respiratoria y una radiografía confirmó la presencia de un tornillo en el pulmón. Se intentó extraerlo mediante endoscopía, pero no fue posible debido al tejido inflamatorio que se había formado alrededor”, relató en FM Master´s.
Tras el fracaso de los procedimientos mínimamente invasivos —incluso uno realizado por un especialista del Hospital Italiano que viajó especialmente— se decidió avanzar con una lobectomía, es decir, la extracción del lóbulo pulmonar afectado.
“Fue una cirugía muy delicada, pero se resolvió aquí, en Tierra del Fuego. Gracias al trabajo conjunto y a la presencia de terapia intensiva pediátrica, el niño pudo recuperarse sin ser evacuado a otro centro de mayor complejidad”, destacó Guglielmi.
El menor permaneció en terapia intensiva infantil bajo seguimiento constante y fue dado de alta días atrás, sin secuelas graves y con una recuperación favorable. “Este caso demuestra que, pese a la distancia y las dificultades, la salud pública fueguina puede dar respuestas efectivas cuando hay coordinación y compromiso”, subrayó el director del nosocomio.
Además, se utilizó el caso para reforzar la importancia de la prevención:
“Los objetos pequeños —como tornillos, pilas o piezas metálicas— son extremadamente peligrosos para niños pequeños. Los accidentes domésticos pueden convertirse en emergencias quirúrgicas”, alertó el funcionario.
El HRU destacó el desafío que implica mantener servicios críticos como la terapia intensiva pediátrica en una ciudad insular y la importancia de sostener redes de asistencia con hospitales de mayor complejidad del país, como el Garrahan y el Italiano.