Por: Ramón Taborda Strusiat
Río Grande.- En su habitual columna de los martes en ‘La mañana de la Tecno’ por Radio Universidad 93.5 MHz, el economista Federico Rayes, titular de la consultora Ecotono, analizó el escenario presupuestario de Tierra del Fuego y la coyuntura económica nacional, con una advertencia contundente: “Nos estamos quedando afuera del tren de las provincias que están aprovechando el cambio de época en la Argentina”.
El especialista abrió su análisis refiriéndose al papelón institucional ocurrido en la Legislatura provincial, donde se suspendió la presentación del Presupuesto 2026 por falta de quórum. Rayes consideró que la situación “no es menor” y que “refleja un deterioro en los procesos institucionales ordinarios” al haberse intentado avanzar “sin estado parlamentario ni convocatoria formal”.
“Hace meses que venimos viendo un clima de informalidad y de apuro en temas que deberían tratarse con seriedad. Estamos hablando del presupuesto provincial, la herramienta que define las prioridades de todo un año”, subrayó.
Un déficit que ya superó las metas del año
Rayes detalló que los datos fiscales disponibles —que no se actualizan desde junio— muestran una situación “muy alarmante”.
“El déficit financiero ya rondaba los 63.000 millones de pesos a mitad de año, cuando se habían presupuestado 57.000 para todo 2025. Es decir, a junio ya se había sobrepasado la meta anual”, explicó.
El economista agregó que las deudas con proveedores son “enormes” y que los salarios estatales “vienen pisados”, lo que revela que “ni siquiera con el freno en la masa salarial se logró equilibrar las cuentas”.
“La provincia sigue con una inercia de gasto por encima de los recursos disponibles”, sostuvo.
El proyecto de Presupuesto 2026, según adelantó Rayes, mantiene la lógica del déficit. “Aun usando la contabilidad más optimista, el nuevo presupuesto plantea un rojo superior a 52.000 millones de pesos. En la práctica, ese número seguro se va a agrandar y seguirá afectando tanto a los trabajadores estatales como a los proveedores”, afirmó.
“La batuta la tiene el Ejecutivo”
Consultado sobre si el Parlamento podría corregir esta tendencia, Rayes fue claro: “Las soluciones siempre existen, pero la decisión política tiene que nacer del Ejecutivo. Si la provincia no asume su propio proceso de ordenamiento, es difícil que sólo el debate legislativo puede compensar eso”.
El economista advirtió además que el endeudamiento no puede ser la salida: “El presupuesto ya incluye nuevos pedidos por 30.000 millones y letras por otros 30.000. Esa es una vía agotada; hay que transicionar hacia el equilibrio”.
La matriz laboral y el desafío productivo
En su repaso de los datos laborales, Rayes estimó que el empleo privado registrado ronda las 35.000 personas, con unas 9.500 en la industria promocionada, mientras que el empleo público —provincial y municipal— suma alrededor de 27.000 trabajadores.
“La provincia aumentó el empleo formal a costa del sector público. Eso impacta en el déficit y limita los aumentos salariales. Tenemos que transicionar hacia una matriz con más peso del empleo privado”, enfatizó.
El economista destacó que, más allá del sector industrial, hay potencial de crecimiento en el turismo, el comercio y los servicios, pero advirtió: “Corremos el riesgo de mirar de afuera cómo otras provincias se suben al tren de las inversiones y la diversificación productiva”.
Señales positivas en el plano nacional
Rayes también trazó un panorama alentador para la economía argentina en general. Destacó la baja del riesgo país, la tendencia descendente de las tasas de la Reserva Federal estadounidense, la recuperación de los precios agrícolas internacionales y el superávit energético de 6.000 millones de dólares.
“Si el gobierno nacional mantiene el rumbo y logra aprobar las reformas tributaria y laboral, el escenario podría mejorar sustancialmente”, consideró.
Sin embargo, volvió a marcar distancia respecto de la situación fueguina: “La no adhesión al RIGI y la falta de compromiso con las reformas son señales de que estamos quedando rezagados. No se trata de una ley mágica, pero sí de mostrar voluntad de integrarse al proceso de cambio”.
Un llamado al realismo
En el cierre de su intervención, el economista dejó una reflexión que sonó tanto técnica como política: “Quedarse afuera del tren de las inversiones, del empleo y del desarrollo va a tener un costo político enorme. La realidad siempre termina imponiéndose, y los dirigentes que no se adapten van a pagarlo en las urnas. Hay que hacer lo que está bien, lo diga quien lo diga, y eso empieza por tener un presupuesto ordenado”.