LUJÁN.- El joven Lucas Román, de tan solo 19 años, dio inicio a su desafío personal este domingo al partir desde la localidad de Luján. Su objetivo es ambicioso: completar en bicicleta el recorrido hasta Ushuaia, conocida popularmente como el Fin del Mundo. La odisea ya despertó el interés y se transformó en una fuente de inspiración para numerosos usuarios en las plataformas digitales.
El periplo tiene una extensión superior a los tres mil kilómetros. Lucas lo está encarando en soledad y en condiciones de pura intemperie, contando con su propio equipo de campamento para sortear la Patagonia argentina. Según indicaron medios de la zona, el ciclista no se fijó un plazo estricto de arribo, sino que prioriza disfrutar la experiencia y el viaje al máximo.
Román mantiene al tanto a sus seguidores publicando el avance de la travesía día a día a través de su cuenta de Instagram. Con esto, logra sostener la expectativa de miles de usuarios que brindan su aguante y acompañamiento virtual a lo largo de su itinerario (el video de su inicio se encuentra en @proyecto.ushuaia).
Lucas, que reside en la intersección de 25 de Mayo y Humberto, inició la empresa completamente equipado y en solitario. Un allegado al joven confirmó a Luján en Línea que "se fue preparado, con carpa y todo para ir acampando por donde pueda". El primer tramo de la ruta culminó en Chivilcoy, donde pernoctó para recuperar energías. Al día siguiente, lunes, continuó con su recorrido hacia 9 de Julio. El plan es modular el avance según su estado físico en esta extensa travesía de miles de kilómetros.
La frase que resume la motivación de la gesta personal es: “Meta, llegar en bici al fin del mundo”. Esta puede leerse en la biografía de su perfil oficial, @proyecto.ushuaia, donde publica diariamente fotografías de ruta, amaneceres desde la carpa y breves crónicas de cada posta. En ese mismo espacio digital, recibe un gran caudal de mensajes de apoyo y aliento provenientes tanto de Luján como de otras provincias argentinas.
Según revelaron sus familiares, Román no se impuso plazos rígidos para finalizar el trayecto. La premisa es centrarse en vivir intensamente la experiencia. Esto implica disfrutar del camino, responder al desafío físico personal y, sobre todo, convivir con la naturaleza a lo largo de un itinerario que demanda recorrer una parte sustancial del territorio nacional exclusivamente a fuerza de esfuerzo físico.