“El flujo de gente se mantiene, hay movimiento en los locales, pero eso no refleja el negocio real. Mantenemos el circuito a fuerza de precio, de oferta y de atención. La rentabilidad se vino abajo, pero seguimos trabajando para no dejar de pagar a los proveedores ni los aportes”, expresó.
En reportaje con Info 3 Noticias, Alonso señaló que la clave para sostener la actividad ha sido “rotar permanentemente” y priorizar el volumen antes que el margen. “Hay días que los locales están llenos, pero eso no quiere decir que sea rentable. Hoy el negocio se sostiene porque seguimos moviendo mercadería, no porque ganemos más”, afirmó.
El empresario reconoció que los hábitos de consumo cambiaron drásticamente: “Se terminó el gran asado del sábado con diez amigos. Hoy la gente compra lo justo y necesario. El bolsillo marca todo”. Aun así, sostuvo que El Príncipe mantiene una fuerte presencia en el mercado local gracias a la confianza construida durante casi tres décadas.
“Nosotros apostamos a la carne fueguina. Hace 27 años que estamos en este rubro y seguimos invirtiendo en la provincia. Lo que vendemos es calidad, cercanía y atención personalizada. El cliente sabe que puede venir, hablar con su carnicero, pedirle que le guarde algo o que le corte como le gusta. Eso no lo reemplaza nadie”, remarcó.
Con la mirada puesta en fin de año, Alonso se muestra optimista. “La Navidad y el Año Nuevo siempre se festejan, y el que mantenga precios razonables va a trabajar bien. El que se exceda, no. La gente sabe cuidar su bolsillo y premia al que la respeta”.
También adelantó que se espera buena demanda de cordero y lechón, aunque advirtió que “ya no es como antes, cuando el 1° de enero no te alcanzaba la mercadería; hoy puede sobrar algo, pero igual se vende”.
Alonso reafirmó su compromiso con la ganadería fueguina. “Nosotros compramos la hacienda local y también desarrollamos un sistema de engorde en Trelew, con animales de Tierra del Fuego. Lo hacemos para mejorar la rentabilidad y evitar pérdidas en invierno, cuando las condiciones climáticas son duras. Pero el corazón del negocio sigue estando acá”.
Con la experiencia de 30 años de trabajo y una mirada siempre puesta en el futuro, Alejandro Alonso resume el espíritu de muchos comerciantes fueguinos: perseverar, adaptarse y mantener viva la confianza del cliente.
“Si llegamos a fin de año sin haber tenido que sacar un crédito para pagar deudas, entonces no fue un mal año. Lo importante es seguir, y eso hacemos todos los días.”