Mansilla contó en FM Aire Libre, que su situación es límite: “Estoy en un total estado de abandono con la obra social. Desde que me hicieron el trasplante, las doctoras pidieron la medicación y hasta el día de hoy no han aportado ni un solo remedio”, relató con frustración.

Las dificultades comenzaron apenas recibió el alta en el Hospital Británico. Desde entonces, según explicó, todos los medicamentos que consume provienen del propio hospital, que se los facilita “para que no se quede sin tratamiento”, aunque luego deba devolverlos. “Los doctores acá son espectaculares. Pero desde que me operaron, todo lo que tomo sale del Británico. De las farmacias no me autorizaron ni un medicamento”, lamentó.

Sin respuestas y a la deriva

El afiliado aseguró que ha presentado toda la documentación en varias farmacias, pero no obtiene respuestas. “Si estuviera autorizado, ya me tendrían que haber llamado para retirarlo. No es un medicamento cualquiera, es un tratamiento post trasplante de hígado”, remarcó.

Su esposa, Nancy, tuvo que sumarse a un grupo de pacientes trasplantados para conseguir parte de la medicación por su cuenta. “Ella encontró remedios gracias a otros pacientes que pasaron por lo mismo que yo”, explicó. La situación llegó a tal extremo que esta semana una conocida de Ushuaia debió donar una droga que él necesita, y su yerno viajará a buscarla.

La advertencia médica

Mansilla recordó lo que le dijo su médica tratante antes de autorizar el regreso a Río Grande: “Usted está en condiciones de irse con alta médica, pero si no tiene la medicación, no lo puedo mandar. Si le pasa algo en Río Grande, ¿qué va a pasar?”.

Aun así, regresó a la provincia sin que OSEF le garantizara el acceso al tratamiento esencial.

Promesas antes de las elecciones, silencio después

El jubilado relató que, desesperado por la falta de respuestas, buscó contactos internos dentro de OSEF. “Mónica Becerra me dio el teléfono del jefe de compras. Nancy habló con él y le dijo que lo iban a solucionar, que no podía estar así”, contó.

Sin embargo, esa promesa llegó antes de las elecciones dentro de la obra social. “No solucionaron nada. No te atienden el teléfono, no responden correos. Es todo vuelta y más vuelta”, denunció.